Ninguno de los diez candidatos a diputado nacional entre los que podrán optar los neuquinos apoya la política energética del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Ni siquiera el aspirante del oficialista Frente para la Victoria, Ramón Rioseco, reivindica las decisiones oficiales en materia de petróleo y gas.

Claro que no todos critican lo mismo.

José Brillo, del MPN, y Horacio Quiroga, de la UCR, coinciden en el reclamo de señales claras del gobierno para que las empresas decidan las inversiones necesarias para revertir la caída de la actividad.

A esta idea parecen adherir Eduardo Mestre, de Todos por Neuquén, y Héctor Inda, de PRO_Federal. Edgardo Kristensen, del Acuerdo Cívico y Social, en cambio, reclama que el Estado recupere el manejo del petróleo y el gas.

La nacionalización del petróleo, no ya sólo la recuperación del control estratégico de la explotación del recurso, es una bandera que levantan Raúl Podestá, de Une-Frente Grande, y Jesús Escobar, de Libres del Sur, pero también Rioseco, que es intendente de Cutral Co por la fuerza El Frente y la Participación pero irá el 28 de junio en la boleta del kirchnerista Frente para la Victoria.

La misma bandera levantan las candidatas de las dos fuerzas de izquierda: el Partido Obrero y el Partido de los Trabajadores Socialistas.

La campaña electoral en Neuquén está cruzada por la crisis laboral de la industria que tiene algunos despedidos, miles de suspendidos y un mar de incertidumbre sobre el futuro de la explotación petrolera en la provincia.

Jorge Sapag y su aliado, el jefe del sindicato petrolero Guillermo Pereyra, están con la administración kirchnerista, pero ese acercamiento no se tradujo en una solución para el conflicto laboral en el norte de la Patagonia.