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Todo suma en contra
Una pelea entre hinchas obligó a suspender Sapere vs. Centenario.

NEUQUÉN (AN).- Hay actitudes que resultan incomprensibles en este fútbol neuquino que navega entre la intrascendencia y la pobreza. Ayer un grupo de hinchas de Centenario intentó ingresar sin abonar la entrada a cancha de Sapere y ante la negativa de los controles, aparecieron los piedrazos y la violencia para conseguir el objetivo.

Los simpatizantes de Sapere reaccionaron y le arrojaron proyectiles a sus "rivales", algunos jugadores también intervinieron y tuvo que llegar la policía para calmar a los revoltosos. En el operativo de separación, utilizó balas de goma.

Las consecuencias fueron el partido suspendido a los cinco minutos de juego por el árbitro Hugo López, el presidente del club local Juan Carlos Lucumán con una herida cortante en la cabeza, dos efectivos policiales con lesiones leves y un par autos que estaban en las inmediaciones con los vidrios rotos.

Si bien el encuentro era importante por la ubicación de ambos en la tabla de la zona C, en una liga donde el promedio de concurrencia a los estadios es de 200 personas, nada hacía prever este tipo de hechos.

Cuesta encontrar qué mueve a estos personajes y hasta donde hay responsabilidad en la dirigencia de los clubes por su accionar. Lo cierto es que cuando ocurren estas cosas queda al descubierto lo mal que está el fútbol doméstico.

Desde las peleas entre grupos minoritarios, como el caso de ayer; el pésimo estado de la mayoría de las canchas, tanto para los que juegan como para los que van al espectáculo; hasta la suspensión de dos de los partidos programados (Petrolero-San Pablo y Unión Vecinal-Maronese) sin mayor información, todo arroja como resultado una actividad de escasa repercusión.

Y suma en contra.



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