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Tesoros otoņales
Las hojas caídas pueden fastidiar, pero son sumamente valiosas.
 

 

Los otoños patagónicos tienen “ese no sé qué”, diría el poeta. Lejos de serlo, digo simplemente que para mí es la época más linda del año por los coloridos amarillos dorados que adquieren los follajes de fresnos y álamos o los rojos de los perales y vides.

 

Claro que para muchas personas el otoño es sinónimo de fatigoso recolectar de hojas caídas (menos mal que ya son muy pocos los que las queman). A todos ellos –especialmente las señoras, que son las más rezongonas– les digo que esas hojas son verdaderos tesoros otoñales y que, como dice el dicho, “no hay mal que por bien no venga”. ALMOHADAS PROTECTORAS En el jardín pueden tener diversos usos. Ya hemos dicho que envasadas en bolsas de consorcio color negro y bien secas, podemos hacer “almohadas protectoras”.Muchas plantas sensibles a heladas, tanto herbáceas como arbustos y árboles del tipo tropical, pueden rebrotar a la primavera siguiente si no se afectan las yemas vegetativas del “cuello”, o sea esa porción de tallo que asoma a ras del suelo. Esas almohadas de hojas bien secas se pueden colocar alrededor de ellas y actuarán como una manta duvet, ya que entre las hojas hay cámaras de aire que aislarán del frío.En primavera, una vez que pasó el peligro, se retiran y se usan como mulch o cobertura para demorar el nacimiento de malezas y conservar la humedad del suelo. MULCH Y COMPOST Si por el contrario esas hojas se amontonan libremente al pie de las plantas sensibles a frío, este mulch seguramente estará húmedo por el rocío o se humedecerá por las lluvias o la propia evaporación del suelo. En ese caso el efecto protector será el mismo pero con menor duración.La humedad hará que se vayan descomponiendo lentamente, con lo cual paulatinamente irá disminuyendo su efecto de “duvet” o “cobija”. Se irán transformando entonces en mantillo de hojas, que será un excelente material para agregar al suelo de macetas o para dejarlas en el suelo para “engordarlo” con materia orgánica. PRECAUCIONES 

Indudablemente el mayor beneficio de este mulch, cobija o duvet de hojas, sea cual fuere el método empleado, será en la quinta, entre las filas de hortalizas. En ese caso no use las que hayan estado en contacto con el tránsito de vehículos, pues contendrán metales pesados –especialmente plomo– que se trasladarán a las verduras y son perjudiciales para nuestro organismo.

El sol calienta más las hojas envasadas en bolsas de color negro. Estando bien secas, no se degradan y actúan como un eficaz aislante del frío.



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