Las expectativas para los ahorristas están puestas en el día después de las elecciones.Los operadores señalan que no resulta prudente armar plazos fijos con una extensión mayor a los 30 días y que hay que “jugarse” a tener una parte de los ahorros en moneda fuerte (dólar o euro). La incertidumbre es grande. Muchos son los que se arriesgan en señalar que las dudas no sólo no se disiparán el 29 de junio, sino más bien que aumentarán luego de tener los datos de las elecciones ya cerrados.La gente sigue dolarizando su portafolio. Las tasas de interés son tentadoras para los ahorristas: 14% anual a 30 días por montos arriba de los 50.000 pesos. Pero qué pasa si el gobierno da rienda suelta a las demandas del campo y los industriales y pone para el 29 de junio un dólar a 4,20 pesos como es lo que hoy se prevé en la Citi porteña que puede llegar a pasar. Las pérdidas para el inversor pueden ser grandes.Llevar a 4,20 pesos el dólar significa una devaluación del orden del 13%. O sea que quien pone un plazo fijo a más de 30 días, para poder comprar los mismos dólares a fin de junio del año que viene, la moneda norteamericana no debería pasar los 4,20 pesos. Algo improbable en la Argentina de hoy. Pero más que nada la incertidumbre es grande porque el gobierno que se restablezca a partir de las elecciones deberá enfrentar dos dilemas clave. El primero de ellos es que contará con menos poder político formal para poder reencauzar el programa económico que hoy hace agua por muchos costados. Pierde la mayoría en Diputados y mantiene el Senado, pero sólo formalmente. El segundo tema es el económico. Las proyecciones para el segundo semestre del año muestran una economía mucho más debilitada respecto de esta primera parte del año.Frente a este escenario, menos poder político y crisis económica, el gobierno nacional no tiene mucho margen, y el temor de los operadores es que tome medida a contramano de lo que hoy está exigiendo el mercado.
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