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Dos pibes rudos y reos
Los hermanos Gallagher darán este domingo en la Argentina lo que se supone será su último recital tras su última pelea.
Por varias y sólidas razones Oasis es un objeto extraño entre las bandas inglesas que vienen dominando la escena musical desde hace más de una década.
Tienen un origen humilde, trabajador (se formaron en Manchester), y su rudeza de pibes de barrio gris se les nota en los malos modos. En su indiscutible ausencia de British Manners. Pocas veces se lo ha visto a su guitarrista y compositor, Noel, en una actitud que delate un mínimo gesto de humildad, mientras que su hermano, Liam, ya abandonó toda forma de expresión corporal arriba del escenario para vidas posteriores.
Con la prensa suelen ser parcos, con los fans incluso indiferentes y con el resto del mundo, menos que eso aun.
Dicho esto, uno podría suponer que sus almas curtidas por la carencia darían a la luz una lírica amparada en la puteada, acordes de guitarra de simples para abajo y arreglos anodinos.
Pues no. Noel y Liam Gallagher han escrito no sólo algunos de los mejores y más pegajosos hits del rock/pop de los últimos años sino que también se dieron el lujo de componer una de las más bellas canciones de amor de todos los tiempos, "Wonderwall" (dicen que cuando Noel la tocó por primera vez en su guitarra, mientras la banda estaba de gira, algunos de sus miembros lloraron. En serio, lloraron).
Su época de disputas con Blur y Robbie Williams ha quedado atrás. Tal vez no definitivamente; siempre encontrarán con quién agarrarse a trompadas.
Lo cierto es que su imagen de estrellas tontas, que históricamente los ha postulado como futuros estrellados, ha hallado contrapeso en una impecable carrera musical.
Al final de la historia estos hermanos malditos, borrachos y pendencieros se mantuvieron juntos para seguir construyendo un edificio musical a base de canciones inteligentes y de un saludable buen gusto pop.

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