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Bodegas neuquinas pasan de manos

La venta de Bodegas Del Fin del Mundo en manos del Grupo Eurnekian es una evolución racional de un negocio difícil de sostener en el actual contexto económico. El polo vitivinícola nació con un fuerte apoyo de fondos por parte del gobierno provincial.

Los empresarios que ingresaron a esta nueva actividad lo hicieron sin tener antecedentes en el manejo de este tipo de industria. No en vano, la tradición de generaciones en este negocio es una de las claves que profesan los europeos para poder hoy sostenerse en el mercado.

Por último, la mayor parte de estas nuevas empresas vitivinícolas se quedó a "medio camino" con su proyecto, ya que desapareció literalmente el capital de trabajo del sistema y el gobierno provincial se retiró como aportante de fondos, tal como venía haciendo estos últimos años.

En los inicios del proyecto del polo vitivinícola neuquino, a principios de la década pasada, empresarios mendocinos y chilenos ligados hace años a la actividad coincidían en señalar, en un congreso realizado en Buenos Aires, que esta estrategia utilizada para la generación de nuevos polos industriales tiene tres pasos clave: la necesidad de fondos públicos para comenzar las obras; las personas o empresarios que interpreten el sentido de este importante paso para la provincia y estén dispuestos a participar en esta primera etapa en el proyecto y, finalmente, el desplazamiento natural de estos últimos con el ingreso de empresarios ligados a la actividad o con fuerte respaldo de capital de trabajo.

No se equivocaron. (R.C.)



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