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Sexo y país
Siempre polémico, Federico Andahazi acaba de publicar "Argentina con pecado concebida".

Bajo la hipótesis de que "no se puede entender la historia de un país si no se revisa su sexualidad", el escritor Federico Andahazi acaba de publicar "Argentina con pecado concebida".

Acostumbrado a husmear en estas cuestiones desde que se hizo conocido con "El anatomista", Andahazi sostiene que "los países, igual que sus habitantes, son hijos de un entramado de relaciones sexuales. Si se desconoce esa trama de relaciones mal se puede conocer cómo se fue gestando cada arista de la sociedad", ilustra.

"Argentina con pecado concebida", recién editada por el sello Planeta, tiene como eje a las figuras fundacionales de la historia argentina. Una de las secuencias más dramáticas está protagonizada por Juan Manuel de Rosas, que según el relato de Andahazi aparece tan "despótico en la política como en el sexo": refiere con lujo de detalles "los abusos" a los que habría sometido a María Eugenia Castro. "La historia de Rosas es la parte que más me afectó del libro. Su relación con esta joven a la que sometió a todo tipo de maltrato y vejaciones ilustra otro aspecto del libro: no se puede entender la forma en que gobernaron ciertos personajes si se desconoce su sexualidad".

Emblemática como pocas para ilustrar las vinculaciones entre sexo y política es la secuencia referida a cómo un affaire terminó por definir el sistema político que gobernó la Argentina tras la independencia de 1816. ¿El protagonista? Belgrano. "Belgrano es un emblema de cómo la sexualidad se mete en la historia y la determina -evalúa Andahazi-. Cuando todavía no estaba decidida la forma de gobierno después de la independencia él era partidario junto con Bernardino Rivadavia de establecer una monarquía constitucional. Así se va a Inglaterra con la tarea absurda de buscar un rey". Cuando llega a Londres, relata Andahazi, "conoce a una francesa de la cual se enamora y se queda tres semanas encerrado con ella y nunca llega a elegir un rey. Creo que de no haber sido por los impulsos sexuales de Belgrano, la Argentina hubiera sido una monarquía constitucional", sostiene el siempre

polémico escritor.



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