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Demasiada expectativa para tan poco fútbol
Boca y River empataron en un gol, un clásico deslucido y con escasas emociones.

Boca y River igualaron en un gol un Superclásico que no respondió a las expectativas y en el que los dos equipos dejaron expuestas las debilidades que los tienen lejos de la punta en el torneo Clausura. Había sacado ventaja Boca, con un zurdazo de Martín Palermo, y pocos minutos después empató River, con un tiro libre de Marcelo Gallardo.

Por el lado del equipo de Carlos Ischia el desorden fue lo más manifiesto y la ausencia de su conductor natural, Juan Román Riquelme, se hizo muy evidente, en tanto que River no tuvo en Gallardo el líder que necesitaba, más allá del estupendo tiro libre.

La característica dominante del primer tiempo fue la confusión porque ninguno de los dos tuvo el hombre que le diera prolijidad al armado e hiciera la pausa y que hiciera correr la pelota con precisión y sentido de profundidad. Boca intentó ser más ofensivo y sus jugadas mejor concebidas las produjo Palermo tirado atrás, en función de pivote, pero nadie ocupó su lugar en el área.

River comenzó con dos líneas de cuatro, Gallardo muy tirado a la izquierda y Fabbiani y Falcao lejos de los volantes. El juego se equilibró cuando Gallardo pasó a jugar más suelto pero tampoco River tuvo limpieza de maniobra cuando quiso ser ofensivo.

El segundo período comenzó tal como había terminado el primero, entre roces y discusiones, con nada de fútbol. A los 14 minutos, Boca encontró el gol en una maniobra extrañamente coordinada para lo que fue el partido, ya que Cáceres salió muy bien desde el fondo con pase a Palacio, quien desde la derecha tocó hacia el medio y Palermo hizo una pausa, se acomodó y sacó un zurdazo al palo derecho que venció a Vega.

Era la oportunidad para que Boca se tranquilizara pero eso no ocurrió. Y River, obligado por las circunstancias por primera vez en la tarde salió a buscar en campo rival con alguna decisión. Así fue que a los 23 encontró la posibilidad con un tiro libre cerca de la medialuna y Gallardo, esta vez sí dio muestra de su clase y con un espléndido derechazo dejó sin posibilidades a Abbondanzieri.

Boca sintió el impacto, nunca más se armó en ofensiva y River tuvo la única oportunidad clara en lo que quedó del partido, a los 33 minutos cuando un toque recto de Buonanotte encontró muy mal parado al fondo local y Falcao quedó solo, pero ante la salida de Abbondanzieri definió muy mal con un remate totalmente desviado.

En los últimos minutos, River dio claras muestras que el empate no le caía mal y Boca no encontró ninguna fórmula para inquietar a Vega.



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