Antes de que arranque el campeonato se hablaba de que eran los dos equipos que mejor se prepararon. Y a medida que fue rodando el Torneo del Interior rubricaron ese favoritismo. Lo cierto es que Maronese y Unión de Allen quedaron muy cerca de meterse entre los mejores 8 equipos de la Patogonia en la competencia más federal del fútbol argentino.

Los dos equipos, el de Cristian Bravo y el de Fabián Pacheco, jugaron con solvencia y dejaron en claro que el trabajo a largo plazo siempre da sus frutos. En el partido de ida de estos cruces, el "Dino" venció a Estudiantes de Bariloche a domicilio (1-0), mientras que el "Mago" goleó en su casa, 3-0, a Deportivo Patagones.

Los de Allen están en llamas y ayer sumaron su séptima victoria al hilo, durante un partido que fue una muestra de orden y contundencia. En el arranque la visita se apoderó del balón y los 500 hinchas locales se preocuparon, pero la expulsión de Federico Gómez, cuando apenas iban 21 minutos, le solucionó las cosas al dueño de casa.

Antes, cuando poco había pasado, Matías Lisanti aprovechó su velocidad para filtrarse en el defensa "maragata" y ajusticiar a Héctor Cellerino.

Union siguió siendo mejor y antes del descanso encontró la tranquilidad, porque Emiliano Carreño le hizo penal a Martín Sánchez, que el mismo delantero trocó por gol.

Patagones regresó de los vestuarios con actitud, pero tenía poco peso ofensivo y cuando Unión se ordenó ya no hubo partido. La frutilla del postre llegó a los 15 del epílogo, con un contragolpe que terminó en el 3-0 a cargo de Nicolás Calanni, una de las figuras.

En el Municipal de Bariloche, Maronese se levantó mucho mejor que Estudiantes (se jugó a las 11), fue muy práctico y se trajo una victoria fundamental.

En el primer tiempo, el "Dino" tuvo las más claras con dos pelotas que fueron devueltas por el travesaño. La primera, con un medido tiro libre de Diego Landeiro y la segunda con un cabezazo del "Obelisco" Mario Barros.

El local dejó muchas dudas y sólo convenció el entusiasmo de Carlos Pilcoman de mitad de cancha hacia arriba.

El segundo tiempo fue muy aburrido y los arqueros pasaron casi inadvertidos, pero a falta de cuatro minutos para el cierre el árbitro Juan Carlos Oliva cobró correctamente un penal del arquero Martín Otero sobre Barros que el experimentado Landeiro mandó al fondo de la red. Ahora, todo se define en el vergel del oeste neuquino. (AA/AB/AN)