El adelantamiento de las elecciones impulsado por el gobierno central es una señal de debilidad de la administración Kirchner. Está claro que en el actual escenario no se llegará a octubre con una economía ordenada. El deterioro del modelo es progresivo y esto terminará golpeando las urnas oficialistas.Hoy todos están mirando al dólar, el refugio natural de los ahorristas y la carta salvadora para los exportadores.Están dadas las condiciones para que la moneda norteamericana continúe con su actual tendencia creciente frente al peso. Los operadores aseguran que hoy comprar dólares no representa un riesgo cambiario como en años anteriores. La gente interpreta este mensaje y la demanda de la divisa comienza a ejercer presión en el mercadoLas tendencias macroeconómicas muestran que la recaudación seguirá desplomándose, el desempleo crecerá y la fuga de capitales se incentivará hasta –por lo menos– el momento en que se definan las elecciones.“La foto de junio será peor que la actual y la de octubre, peor que la de junio”, destacó el economista Carlos Melconian en uno de sus comentarios de la semana.La decisión de adelantar las elecciones por parte de Néstor Kirchner no sólo tomó en cuenta el desgaste que arrastra el modelo económico: apuntó también a retomar la iniciativa política que estaba cediendo CFK.Políticamente se podría adelantar que esta jugada oficial ayudará al gobierno en las próximas elecciones legislativas. Económicamente, las dudas se profundizan. Por un lado, existe una sociedad que desconfía del modelo económico y se lanza de lleno a dolarizar sus ahorros; es decir, cabe esperar una creciente demanda de dólares. Por otro lado, el conflicto con el campo está muy caliente y esto permite proyectar una caída en la oferta real de dólares en el mercado por dos vías: los menores precios internacionales de los granos y el freno que pondrá el campo a las ventas. En este sentido hay que ser claros: el sector agropecuario tiene la capacidad de sacar a la economía del país de una mala situación con una buena cosecha o, por el contrario, de terminar de hundirlo cuando no aporta lo que debe aportar.El escenario es complejo; hay una menor oferta de dólares y, como contrapartida, la sociedad comenzó a profundizar –por la falta de señales del gobierno– la dolarización de sus ahorros.
|
