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"La fruticultura tiene que ser un buen negocio para todos"
Nacido y criado .en Roca, sueña con una nueva etapa .para la actividad y dibuja un camino para lograrlo.

Osvaldo Calvo aclara que no llegó a ser productor sino que nació en una chacra, geografía que siempre le gustó, que lo identifica. Le cuesta ir a la historia, va y viene, se siente a sus anchas hablando del presente, de lo que le apasiona, de lo que sueña. Representa la tercera generación de chacareros en el Valle. Sus abuelos llegaron cuando el canal grande se terminaba de dibujar en un plano. "Mis abuelos fueron chacareros. Mi abuelo materno, Ezequiel Pérez, junto a sus hermanos Tomás y Benjamín, llegó de España por referencias que de este lugar le habían dado unos amigos. Trabajaron en la construcción del canal grande. Mi abuelo fue capataz del establecimiento Canale durante 40 años. Con ese trabajo pudo adquirir una chacra. Los hermanos Pérez fueron chacareros y sus hijos también. De Ezequiel Pérez y Filomena Pérez nació mi madre, Petra".

Calvo hilvana su propia biografía y se sitúa en sus 18 años. Terminó la secundaria en el Colegio Domingo Savio y con siete amigos que habían egresado con él se fue a estudiar a Córdoba, Abogacía. "Cuando me recibí seguí el consejo de mi viejo, que me decía ´Hijo, si ganás plata en la abogacía comprate una chacra, que te asegurás la jubilación´ (risas). Así fue que abrí un estudio y el día en que se desató la guerra de Malvinas compré mi chacra. Seguí trabajando de abogado, lo hago hasta la actualidad".

Volvamos a 1982. Calvo compró 5 hectáreas en blanco y plantó perales y manzanos. Ahora con su señora tiene una chacra de 15 hectáreas en Gómez. "Hasta que empezó a producir la trabajé yo, nos íbamos con mis hijos María Cecilia, Miguel Alfredo y Mariela Norma y mi señora y nos quedábamos todo el fin de semana en la chacra", cuenta. Su esposa, Dora Bordoni, también es hija de productores. Sus padres tuvieron una de las primeras bodegas de la zona y fueron de los primeros socios de la Cooperativa Frutivinícola Valle Fértil.

Su actividad gremial es también hereditaria; sus familiares en la actividad formaban parte de la Cámara de Productores de Roca y Osvaldo ingresó como abogado de la entidad. "Hasta que un día, hace 7 u 8 años, me eligieron presidente. Llevo tres períodos como presidente. Me siento útil en este cargo", afirma. Tocar el tema lo trae al presente. Y se pone enfático, frontal. Se ríe pensando que hay personas que piensan que es un utópico; él prefiere autodenominarse soñador. "Hay dos sectores en la fruticultura local -explica-: las multinacionales y adictos a ellas y los productores medianos y pequeños, integrados o en cooperativas. Las multinacionales usan a los chacareros, no mantienen ningún tipo de compromiso legal con aquel a quien le compran y le liquidan cuando quieren. Le compran hoy, mañana no sé... no los une ninguna relación jurídica ni ética; si no, harían con ellos contratos a cinco años como mínimo y habrían liquidado mejor cuando ganaron muchísimo con su fruta".

Pese a ello, Calvo sostiene que para él éste será un año muy bueno para la fruticultura. "La pera se va a vender a precios constantes, como lo estamos viendo hasta la fecha, y manzana va a faltar". Calvo es pertinaz. Y está dispuesto a dar el debate. Quiere que se dé paso a una nueva etapa para los pequeños y medianos productores. ¿Cómo? Comenzando por una reparación histórica para los chacareros. En tren de buscar soluciones para el sector, guarda una carta para debatir primero en la federación: la expropiación de uso de capital ocioso en términos de frío y empaque. Explica: "Hablando de esta temporada, yo creo en lo que dijo Accatino: que acá hubo un complot. ¡Ningún fiscal tomó intervención! Se coartaron derechos, de circulación, de comerciar... se tomaron medidas coactivas y nadie se hizo cargo. Este año se perdieron 20 días clave y 25 millones de kilos, y esto se va a sentir en el Valle. Se pensó en el empaque artesanal y ése puede ser un buen camino; en crisis hay que ser creativos, para que éste sea un buen negocio para todos, como lo fue en otro momento del Valle", se explaya.

"Tiene que haber flexibilización del Senasa y normas municipales para hacer realidad el empaque artesanal, pero esto no es algo que se cambie de un día para otro. Para que podamos abrir galponcitos abandonados que existen en las chacras, para atender la emergencia, pero sin descuidar la sanidad; no se puede flexibilizar por tres meses, ni de un día para otro. Eso va a permitir activar mucho capital ocioso que existe en el Valle y acondicionar la fruta.

"Ése es mi plan... un sueño, si usted quiere. Lo escribí y todo, lo voy a presentar en la federación. Los productores deberíamos tener dos reparaciones históricas: una, los canales. Cuando vinieron las represas elevaron los costos de mantener el canal de riego y eso hizo que se encareciera el servicio, por limpieza, el canon. Las represas nos tendrían que reparar por esos daños. La otra reparación histórica es por Corpofrut; dilapidaron todos los bienes. Yo culpo de eso a los políticos que dilapidaron esos bienes. Dios quiera que con el Plan Frutícola Integral se logre la infraestructura de frío necesaria para el Valle. Entonces, si nosotros empleamos bien ese dinero, si sumamos el de la reparación, si construimos frío, más la flexibilización de las normas del empaque y la creación de cooperativas de trabajo, y a eso sumamos colaboración en el intercambio con obreros, se cerraría un círculo para que entráramos en una nueva etapa de la fruticultura. Esto lleva un tiempo, no se hace de un día para otro, habría que dar una salida para poder trabajar esos años, por eso propongo una expropiación de uso por un tiempo limitado sobre empresas que tienen capacidad ociosa. Porque si esto no se hace o no buscamos caminos para enfrentar la crisis en poco tiempo, muchísimos pequeños productores van a desaparecer. No digo expropiación de la propiedad sino de uso; son cosas distintas".



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