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El \'Diablo\' sacudió el maleficio
Independiente no derrotaba a Boca desde el '04. Ayer se dio el gustazo.

Ya se había dicho. Era un partido a todo o nada, al menos para Independiente. Y los muchachos de "Pepé" Santoro le ofrendaron a su técnico un nuevo triunfo en un clásico (el anterior fue con Racing) y, por sobre todas las cosas, le salvaron la "cabeza". El triunfo del "Rojo", por 2-0, ante un Boca desdibujado llevó un poco de paz a un plantel bastante convulsionado en los últimos días.

La clave de la victoria de Independiente, que no vencía a Boca desde septiembre de 2004, estuvo en el enorme segundo tiempo que concretó el "Rolfi" Montenegro, autor de los dos goles y artífice de las mejores jugadas (algunas lujosas).

El partido, disputado en la cancha de Huracán, fue intenso y vertiginoso en los primeros 45 minutos porque los dos equipos mostraron ansias de triunfar. Claro, el punto de inflexión ocurrió a los 23, cuando Pablo Mouche se llevó una bien ganada pero tonta roja,y el "xeneize" tuvo que comenzar a remarla desde atrás.

Hasta ahí estaban más o menos parejos en situaciones de peligro: la primera fue de Mouche, a los 3, que recibió una pared bárbara de Palermo pero que definió muy mal. El "rojo" contestó cuatro minutos después, con un disparo del siempre inquieto Mancuello que fue a dormir a las manos del "Pato" Abbondanzieri. Y sobre los 12 el "Titán", de gran primer tiempo", asistió a Gaitán con un exquisito taco pero el pibe tiró el balón a las nubes. Tras la expulsión del delantero, los de Avellaneda comenzaron a merodear más cercas de las barbas de Abbondanzieri.

A la vuelta de los vestuarios Carlos Ischia mandó a la cancha a Riquelme (ver pág. 5) pero el trámite no cambió, hasta que sobre los 10 Boca salió jugando mal, la tomó el "Rolfi", le hizo un túnel de novela al colombiano Vargas y quemó la red con un zapatazo de afuera del área.

El delirio de los hinchas "locales" fue total, mientras Montenegro siguió haciendo de las suyas. Boca estaba expuesto y a los 32 sufrió una contra letal: pase largo por arriba de la defensa visitante, Mancuello entró al área, el "Pato" lo bajó y el muchachito de la película, el "10" de Independiente, no perdonó.

Desde ahí hasta el final el equipo de Santoro pudo aumentar la diferencia, pero el viedmense Mazzola pecó de egoísmo y Fredes le erró al arco por poco tras una fallida salida de Abbondanzieri.

Con el pitazo final de Pezzotta llegó el interminable abrazo de los jugadores de "Pepé", de un "Pepé que todavía resiste y se aferra al puesto.

 



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