La temporada para los exportadores no pudo ser mejor, en lo que a noticias se refiere.

Luego del anuncio oficial a fin de año de la caída de las retenciones al comercio externo al 50%, lo que representa recursos por alrededor de 16 millones de dólares que quedan para la actividad, llegó la devaluación del peso que este fin de semana terminó tocando los 3,65 por dólar.

Sin dudas, ésta fue una muy buena noticia y más aún cuando se escuchan algunas voces de especialistas económicos que señalan que esta tendencia puede sostenerse en el tiempo, con un dólar más cerca de los cuatro pesos al cierre del fin del semestre del corriente.

Este nuevo escenario, que muestra una devaluación del 16% en términos interanuales, permite licuar los costos internos -muy elevados hoy en toda la actividad- y, a su vez, ampliar ingresos sobre toda aquella oferta exportable regional que cotiza en moneda fuerte.

Si bien el euro, el rublo y el real están devaluándose respecto del dólar, los efectos generados por la depreciación del peso aumentan la competitividad de la industria frutícola.

El otro tema de esta temporada que terminó favoreciendo a los exportadores fue el flete. Las cotizaciones cayeron -en términos interanuales- cerca del 25% promedio. Esto fue producto del importante derrape que sufrió el precio del barril del crudo en el mercado internacional y la retracción de la demanda de barcos por las mermas registradas en el comercio.