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Energía, ambiente y sociedad
Hay una relación innegable que merece un abordaje conjunto. .Existe un amplio campo de posibilidades de trabajo. .Rol trascendente de los recursos humanos.

Desde hace mucho tiempo, que se han manifestado preocupaciones sobre algunos aspectos o subproductos no deseados de la generación de energía.

Los mismos estaban vinculados a efectos de contaminación y/o polucionantes del medio ambiente generando situaciones conflictivas o de difícil y compleja resolución en el corto y mediano plazo.

En consecuencia, resultan innegables las múltiples interrelaciones entre energía y medio ambiente, lo que hace pensar como muy necesario un tratamiento sistémico e integrado de las mismas. El abordaje conjunto de dichos aspectos permitirá tener una visión de la complejidad de la problemática y lo imperioso de su consideración conjunta.

La circunstancia anterior se ve reforzada por los ingentes esfuerzos realizados por los países signatarios del tratado de Kyoto y su posterior protocolización, donde se hacía un gran énfasis en la obtención de metas de reducción de emisiones contaminantes a la atmósfera y la atenuación del efecto invernadero.

La relación de lo antedicho con los proyectos energéticos a futuro, y la operación de los existentes, es obvia y abre un amplio campo de posibilidades de trabajo de equipos multidisciplinarios donde se discuta la complejidad y múltiples variantes que cada proyecto involucra.

También es interesante destacar que aquellos proyectos energéticos que contribuyen al cuidado del medio ambiente y/o a reducir los efectos contaminantes de distintas clases de emisiones pueden postular a financiamientos y/o subsidios a través del mecanismo de Desarrollo Limpio MDL utilizando los instrumentos comúnmente conocidos como Bonos de Carbono, los cuales están siendo utilizados muy eficientemente por instituciones y empresas de diversos países de América Latina.

 

Vinculación

Lo anteriormente expresado no solamente refuerza la vinculación energía-medio ambiente sino que además le agrega un condimento esencial para la implementación y ejecución de los proyectos de energía donde la variable ambiental ocupa un aspecto relevante.

La visión de una institución académica sobre todos los aspectos precedentes incorpora una dimensión hasta ahora inexistente y contribuiría a la jerarquización de los mismos y de la entidad que los promueva, agregando valor y complejidad a una problemática que hasta ahora no ha sido bien atendida, tanto a nivel regional como nacional.

 

La energía, el medio ambiente y la región

Con frecuencia, un aspecto débilmente ponderado, o a veces ni siquiera tenido en cuenta, es la influencia que los proyectos energéticos y medioambientales ejercen sobre la región en la que están localizados; lo mismo ocurre con las actividades académicas y/o ingenieriles que le dan sustento y marco técnico.

La región geográfica de influencia, de la universidad y otros ámbitos del conocimiento, posee características que la hacen muy particular y además atractiva, a diferencia de otras regiones del país.

Se trata de un área de superficie significativa que incluye la cuenca hídrica interna más importante del territorio nacional, recursos hidrocarburíferos en explotación y/o exploración, vastas planicies con condiciones de explotación eólica, fuertes posibilidades de proyectos de generación solar y/o biomasa, mercados consumidores cercanos y/o vinculados por sistemas de transporte en media, alta y muy alta tensión.

Lo anterior hace necesaria la mirada atenta y planificadora del Estado, provincial y nacional, dado que hay ciertas decisiones que no deben dejarse en manos del mercado y que son irrenunciables de organismos públicos. También en esta esfera se manifiesta la ventaja y necesidad de recursos humanos con formación específica que puedan interactuar con el sector privado en igualdad de condiciones y negociando en cada momento las mejores decisiones para la sociedad.

El impacto energético medioambiental de los proyectos sobre la región es de la mayor trascendencia; sus proyecciones económicas, la movilización de recursos, los desarrollos específicos que provoca hacen que se visualice como de alto impacto y creador de efectos positivos y otros no tanto, que deben atenuarse.

En todos los aspectos mencionados existe, como lo han evaluado países que lo han implementado, un amplio campo de acción para especialistas ener- géticos, formados en carrera de grado, dándose en nuestro caso la feliz coincidencia de que una de las principales demandas de dichos conocimientos ocurre en la región que ha permitido la formación de los mismos.

Vivimos un presente plagado de incertidumbres, sacudones de crisis propias y/o ajenas que nos influyen y condicionan.

Sin embargo, teniendo una mirada amplia y repitiendo que las crisis también son oportunidades, nos parece una magnifica oportunidad, iniciadora y pionera, la posibilidad de comenzar a incursionar académicamente en la formación de recursos humanos, con la responsabilidad de la resolución eficaz de la ecuación energético-ambiental, poniendo en valor todos nuestros recursos e introduciendo una mirada racional y de largo plazo que permita al decisor político asumir las mejores soluciones, siendo plenamente consciente de los beneficios que están en juego y de los costos que se asumen.

Los recursos naturales que poseemos son incalculables, sin embargo los económicos y humanos son acotados. Hagamos lo posible para que las decisiones que se tomen sean las mejores y sin duda que, en esto último, una formación y jerarquización de los recursos humanos tendrá un rol trascendente.

 

ING. Carlos Bohoslavsky (*)

(*) Subsecretario de Vinculación Tecnológica de la Universidad Nacional del Comahue.



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