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Las causas del reclamo del campo

Se esfumó la rentabilidad de muchas de sus actividades. Crecen los costos, con ingresos cada vez más condicionados.

El sector agropecuario fue clave para la recuperación del país en el período 2003/2005 y el crecimiento económico alcanzado entre el 2006 y el 2008. Es más: su contribución es mayor en el marco del actual modelo productivo que lo que lo era durante la convertibilidad.

En los últimos cinco años se había generado un círculo virtuoso entre el excepcional escenario internacional, con precios muy superiores a los históricos, el campo y el nivel de actividad económica global. Pero hoy en día ese círculo virtuoso no existe más. Menores precios internacionales implican una menor entrada neta de dólares, lo que impacta negativamente en el consumo y en el dinamismo de la tasa de crecimiento de la economía. Paralelamente, implica menores ingresos por retenciones a las exportaciones, algo que compromete el superávit y el frente fiscal.

Así lo explica un reciente informe elaborado por la Consultora E&R en el que se destaca que en las actuales condiciones el sector agropecuario enfrenta menores ingresos y mayores costos. Esto incide negativamente en su rentabilidad y complica el mantenimiento de los niveles actuales de las alícuotas de las retenciones a las exportaciones.

De ahí el reclamo de la Mesa de Enlace, que pide medidas concretas para revertir esta situación.

En principio, el aumento de costos responde a la suba de los precios de los agroquímicos, los fertilizantes y la mano de obra en las economías regionales.

Los precios de los fertilizantes y de los agroquímicos se establecen en función del dólar, por lo que la revaluación de éste en los mercados internacionales y la depreciación del tipo de cambio nominal doméstico harán que esos costos suban, algo que por ende afectará negativamente la rentabilidad del sector durante este año.

En segundo lugar, el incremento de los gastos de comercialización se debe principalmente al aumento salarial de los camioneros y, en menor medida, al ajuste de precios en el gasoil.

Este año se espera un aumento de salarios en el sector del transporte y un nuevo ajuste del precio del gasoil, por lo que es de prever que los gastos de comercialización sigan subiendo y la rentabilidad agropecuaria, bajando.

Finalmente, los salarios representan un costo importante en el sector tambero, así como para la cría de ganado y las economías regionales que emplean mano de obra intensiva, por lo que el incremento de salarios que se negocie para este año terminará siendo una variable muy relevante en la determinación del aumento de costos y la consecuente baja de rentabilidad.

La coyuntura actual del sector agropecuario es mucho más delicada que la del año pasado, cuando estalló la crisis por las retenciones móviles. En este sentido -destaca E&R- es esperable que, a grandes rasgos, en el 2009 los costos (ingresos) del sector agropecuario (no) suban y que, por ende, los márgenes de rentabilidad sigan reduciéndose como sucedió en el 2008.

Los sectores tambero y triguero trabajan con márgenes de rentabilidad negativa y en el caso de los ganaderos esos márgenes son muy bajos. La excepción serían los productores del oeste de la provincia de Buenos Aires que, si bien tienen costos más elevados por la reposición de pasturas, son mucho más productivos y facturan entre el doble y hasta el triple por hectárea que los productores de otras regiones.

Los productores de maíz, girasol y soja, que todavía mantienen una rentabilidad positiva, exhiben una marcada tendencia declinante desde el 2008. Es más, dados los aumentos de costos esperados para este año, es de prever que la rentabilidad de estos tres sectores siga reduciéndose este año. A continuación se detalla lo que se pronostica para las producciones clave en el desarrollo de la economía del país.

" Tamberos. En el 2008, al igual que en el 2006, el margen en dólares por hectárea de los productores tamberos pasó a ser negativo. La situación actual del sector lechero es crítica, ya que la regulación oficial le impone al productor un precio por litro de leche que no llega a cubrir los costos. De esta manera, los márgenes de rentabilidad son negativos, algo que desincentiva la producción de litros de leche por hectárea.

" Trigo. El sector es heterogéneo y presenta importantes diferencias entre las distintas zonas de producción. Dentro de la región pampeana hay una marcada asimetría en la estructura de márgenes de explotación según la zona de locación del complejo productivo: por un lado, el oeste y el sudoeste de la provincia de Buenos Aires presentaron márgenes positivos en el 2008; al mismo tiempo, el sudeste y el norte de Buenos Aires exhiben una rentabilidad negativa. El año pasado la rentabilidad se tornó negativa como resultado de la fuerte caída (suba) de los ingresos (costos). Los menores ingresos son consecuencia de la reducción del precio del trigo y de la menor producción. El aumento de los costos se debe a la suba de los precios de los fertilizantes y agroquímicos, que cada vez absorben una mayor proporción de los costos totales y, en menor medida, al incremento de los gastos de comercialización.

" Ganadería. La rentabilidad en la provincia de Buenos Aires casi duplica la de las provincias de San Luis, Corrientes y Santa Fe. Paralelamente, dentro de la provincia de Buenos Aires, el oeste es un 23% más rentable para la crianza de ganado que el sudeste. La rentabilidad ganadera se redujo un 19% en el 2008, luego de tres años en los cuales el margen por hectárea se mantuvo prácticamente constante en torno de los u$s 50 por hectárea. La reducción de la rentabilidad ganadera se basa en que los ingresos netos cayeron un 13% y los costos aumentaron un 13%. El incremento de costos fue impulsado principalmente por una expansión del gasto en personal y, en menor medida, por el costo de los rollos de pasto.

" Maíz. Es un sector muy heterogéneo. La producción del sur de Córdoba y de Santa Fe y la del norte de la provincia de Buenos Aires, son las más rentables. Por el contrario, las jurisdicciones del sur de la provincia de Buenos Aires muestran niveles de ganancia por hectárea producida mucho más bajos que los alcanzados en el norte de la provincia y el sur de Córdoba y Santa Fe. El origen de la brecha en materia de rentabilidad entre las diferentes zonas geográficas se explica fundamentalmente por los distintos niveles de costos, ya que los ingresos por hectárea -a excepción del sur de Buenos Aires- son similares en todas las zonas. En el sur de la provincia bonaerense la rentabilidad se encuentra amenazada por la suba de precios de los agroquímicos y de los fertilizantes así como por el incremento de los gastos de comercialización.

" Girasol. La producción de girasol presenta márgenes por hectárea superiores a los del maíz y el trigo. El sur de Córdoba y el sur de la provincia de Buenos Aires son las zonas más rentables, mientras que los márgenes por hectárea en el este de La Pampa y en el oeste bonaerense son inferiores. Sin embargo, la producción de girasol también experimentó un desplome de su rentabilidad en el 2008, lo cual fue resultado de la caída de los ingresos (por reducción de precios) y del aumento de los costos. El precio del girasol cayó un 48% con respecto al 2007 y los costos aumentaron impulsados por los agroquímicos y los fertilizantes, que ya representan el 54% de los costos totales de la producción de girasol. De no haber un aumento del precio del girasol, es de esperar que su rentabilidad continúe en descenso este año.

" Soja. Los márgenes en el sector productor de esta oleaginosa son muy heterogéneos: van de los u$s 325 (en el norte de Buenos Aires y el sur de Santa Fe) a los u$s 65 (en Salta) por hectárea. Los márgenes de los complejos productores del sudeste bonaerense se recuperaron del 2004 al 2007 para luego caer marcadamente en el 2008. Los márgenes del 2008 cayeron por debajo de los del 2005 producto de una fuerte reducción de los ingresos netos (de gastos de comercialización) y de un marcado incremento de costos. El aumento de éstos obedeció principalmente al incremento de los precios de los agroquímicos y de labranza y de los gastos de comercialización.



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