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¿QUÉ HACER EN BOLÍVAR?

Como profesor egresado del Colegio Mariano Acosta de Buenos Aires para el dictado de Literatura y Geografía en el nivel secundario, Julio Florencio Cortázar obtiene en 1936 su primer trabajo. Lugar: Bolívar, provincia de Buenos Aires.

Llega en mayo del '37. Se aloja en el Hotel "La Vizcanía" y comienza a dictar clases en el Colegio Nacional de la ciudad, que para entonces tiene 60 años.

En su excelente libro "Cortázar sin barba" (*) Eduardo Montes-Bradley apela a Ezequiel Martínez Estrada para explicar ese espacio en que está incrustada Bolívar, la pampa: "La amplitud del horizonte, que parece siempre el mismo cuando avanzamos o el desplazamiento de toda llanura acompañándole, da la impresión de algo ilusorio, en esta ruda realidad del campo. Aquí el campo es extensión y la extensión no parece ser otra cosa que el desdoblamiento de un infinito interior, el coloquio con el dios viajero. Sólo la conciencia de que se anda, la fatiga y el deseo de llegar dan la medida de esta latitud que parece no tenerla. Es la pampa; es tierra en que el hombre está solo como un ser abstracto que hubiera de recomenzar la historia de la especie, o de concluirla".

Ahí está Julio Florencio Cortázar enseñando.

En una carta que publica Montes-Bradley, Julio Florencio Cortázar le cuenta en 1939 a su amigo Eduardo Castagnino la forma de divertirse en Bolívar: "A) Ir al cine. B) No ir al cine. La sección B) se subdivide a su vez en: A) Ir a bailar al Club Social. B) Recorrer los ranchos de las cercanías con fines etnográficos. Esta última sección admite, a su vez, ser dividida en: A) Concurrir, pasado un cierto tiempo, a un dispensario. B) Convencerse de que lo mejor es acostarse a las nueve de la noche".

Sostiene Montes-Bradley que "Bolívar le queda chico y las personas con las que llega a compartir sus inquietudes pueden contarse con los dedos de una mano. 'Los microbios, dentro de sus tubos de ensayo, deben tener mayor número de inquietudes que los habitantes de Bolívar', acota Julio Florencio Cortázar en la mencionada carta".

(Edt. Sudamericana, págs. 120 y 121)



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