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CHISMES

* Nivelar para abajo, un clásico argentino. Esta semana se dio a conocer con "bombos y platillos" que el Senasa flexibilizaba las medidas sanitarias para que los productores puedan colocar su fruta en el mercado interno. Una docena de personas viajó a Buenos Aires, entre productores, funcionarios y legisladores, para "la foto" del anuncio. Desde el organismo sanitario señalaron que "las presiones fueron muchas para tomar esta decisión. Casamiquela no estaba de acuerdo... pero tuvo que ceder", aseguró una fuente que participó de la reunión. La medida no da una solución de fondo a los productores que hoy están siendo marginados del sistema. Es más, propicia a que "cada uno haga lo que pueda" con su fruta, anarquizando el actual esquema comercial. El argumento oficial para sostener estos cambios fue sencillo, al mejor estilo argentino: "Si las frutas y las verduras de Mendoza y del resto de las provincias productoras no tienen estos requisitos, por qué sí las peras y las manzanas". Frente a este razonamiento técnico, ¿qué pueden hacer los especialistas del Senasa? Cuando en el mundo se busca dar garantía a la seguridad alimentaria, en nuestro país se liberan las barreras del control. Insólito. Y esto no es en contra de los productores. ¿Cuánto más se podrá vender en el mercado interno con la temporada ya jugada, sin infraestructura ni logística para comercializar peras y manzanas en el mercado interno? Poco y nada. Y eso es a lo que apuesta el Senasa. Que se vendan unos pocos kilos en la Línea Sur y en algunos otros mercados que en nada cambiarán la realidad de los productores de la región. Sí se genera incertidumbre entre quienes consumirán esa pera y manzana, ya que habrá una línea muy difusa entre los requisitos sanitarios y de calidad con la que esa fruta saldrá a la venta. Todo muy lamentable.

 



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