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Evolución del control de carpocapsa
Los resultados de las prácticas realizadas en las últimas décadas. .Profesionales del INTA y de la UNC en un informe completo. .El uso de pulverizaciones y las técnicas más convenientes.

Un poco de historia

Durante la década del ´80 e inicios de los ´90, en los montes frutales de peras y manzanas del Alto Valle se emplearon, en forma intensiva, insecticidas pertenecientes a la familia de los piretroides. El 90% de las pulverizaciones correspondió al control de la carpocapsa. Los principales piretroides utilizados fueron deltametrina, fenvalerato, esfenvalerato, permetrina, cyflutrin y en menor medida lambdacihalotrina y bifentrin.

Este uso indiscriminado y reiterativo (de 8 a 11 pulverizaciones por temporada) provocó diferentes efectos secundarios sobre las plagas y sus enemigos naturales. Como ejemplo, el psílido del peral alcanzó una densidad poblacional muy baja en el Alto Valle, mientras que aumentó la incidencia de arañuelas, especialmente por el efecto negativo de los insecticidas sobre sus enemigos naturales.

Por otra parte, las numerosas aplicaciones provocaron una masiva mortandad de individuos de carpocapsa susceptibles a esta familia de insecticidas, seleccionando progresivamente una mayor cantidad de individuos resistentes.

A principios de los ´90, los reclamos por fallas de control de carpocapsa a campo fueron aumentando. Este hecho no solo ocurrió en la región del Alto Valle, sino en otras regiones frutícolas del mundo, donde en forma simultánea comenzaron a registrarse poblaciones resistentes a diferentes insecticidas.

Cabe destacar que en esa década, las prácticas de "manejo integrado de plagas" se habían impuesto fuertemente en Europa, a través de la Producción Frutícola Integrada (PFI), hecho que implicó la eliminación de todos los insecticidas de amplio espectro que se venían empleando. Esto incluía a los piretroides y a la gran mayoría de los órgano-fosforados como el metil azinfos.

Es así que en el viejo continente, los insecticidas Reguladores de Crecimiento de los Insectos (RCI), que actúan como inhibidores de la síntesis de quitina y mimetizadores de hormonas de crecimiento, se impusieron por su baja toxicidad y por poseer efectos sobre procesos biológicos en los insectos y no en los mamíferos (selectividad). Los RCI se emplearon en forma masiva en Europa y provocaron el mismo fenómeno de selección de poblaciones resistentes, registrándose severas fallas en el control de carpocapsa, sobre todo en las regiones donde se desarrollan más generaciones por año (sur de Francia, Alto Adige - Laimburg, centro de Italia), por lo que se debió abandonar su uso. En ese mismo período, en Estados Unidos, luego de treinta años de uso intensivo del metil azinfos, comenzaron a aparecer poblaciones con un alto grado de resistencia al mismo.

El futuro del control

Por todo lo comentado, el número de insecticidas a aplicar para el control de carpocapsa se ha limitado fuertemente, dejando escasas posibilidades de elección. Hoy en día se deben compatibilizar los registros y tolerancias de los diferentes mercados, estar atentos a las listas impuestas por las grandes cadenas de supermercados y fundamentalmente respetar la legislación nacional en esta materia.

Hoy se encuentran registradas o bajo registro inminente un nuevo grupo de insecticidas para el control de carpocapsa los cuales deberán ser empleados con responsabilidad por parte del sector productor para no seleccionar poblaciones resistentes.

Es necesario tener en cuenta que el manejo de las plagas en los montes frutales y en particular de las plagas claves como la carpocapsa debe basarse en el uso de múltiples herramientas en las que el control químico es sólo una de ellas. Nadie duda hoy de la importancia del uso de la técnica de la confusión sexual, del control biológico o de las prácticas culturales de saneamiento. Debemos aprovechar las enseñanzas que han dejado los programas sanitarios empleados en diferentes lugares del mundo y en nuestra región, donde se utilizaron mono-herramientas de control. Este tipo de estrategia finaliza inevitablemente con la selección de poblaciones resistentes, fallas de control a campo y eliminación del insecticida cuestionado de los programas sanitarios.

 

Ametil Azinfos

Estudios toxicológicos llevados a cabo durante 2000 ya mostraron una menor susceptibilidad de carpocapsa a metil azinfos. Transcurridos alrededor de 12-14 años de uso de éste producto, en 2006, se observaron cambios en la respuesta toxicológica de las poblaciones a este insecticida, datos que sugieren que el uso del metil azinfos debe ser discontinuado a la brevedad.

Mecanismos de resistencia

Durante la década del ´90, en todas las regiones frutícolas del mundo se seleccionaron poblaciones de carpocapsa resistentes a diferentes familias de insecticidas y se registraron severas fallas de control.

Mecanismos de acción de la resistencia

Los mecanismos de resistencia pueden ser de tipo fisiológicos o comportamentales. Dentro de los fisiológicos, uno de los más importantes, se basa en que el insecto posee enzimas de distintos tipos capaces de transformar los insecticidas en productos que son eliminados fácilmente, sin producir el efecto nocivo para el cual fue aplicado.

Piretroides

Cuando se determinó la resistencia a piretroides en la región frutícola del Alto Valle, se indagó mediante experimentación el tipo de mecanismo que estaba actuando.Para ello, desde 1992 hasta 1997, se realizaron en la Estación Experimental Alto Valle del INTA, ensayos toxicológicos por aplicación topical de insecticidas sobre el tórax de adultos de carpocapsa resistentes a piretroides, provenientes de diferentes montes frutales.Confirmada la resistencia y determinados los mecanismos que actuaban para provocarla, a mediados de la década del ´90, se recomendó en el Alto Valle el uso del insecticida organofosforado metil azinfos como cambio de la herramienta química, y la suspensión de las aplicaciones de los piretroides.  

 



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