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River bailó al ritmo de Boca
Como en Mar del Plata, el "Xeneize" se llevó con justicia el clásico.

Los pibes de Boca, con una producción para poner en un cuadro, le dieron una lección futbolística y desnudaron todas las falencias de un River que no halla el norte. Es más, el "xeneize" terminó haciéndole "precio" con el 2-0 (Pablo Mouche y Facundo Roncaglia).

En los primeros 45 el equipo de Ischia fue mucho más ordenado. Sin fisuras en el fondo y con criterioso manejo en la mitad, el "xeneize" se retiró al vestuario con sólo un gol de ventaja porque Mouche no estuvo fino en la definición. Así y todo, este veloz delantero fue lo mejor del partido, porque se mueve por todo el frente de ataque, encara, es atrevido y tiene una rapidez difícil de controlar.

Apenas iban 43 segundos cuando Mouche probó las manos de Ojeda con un disparo que embolsó el "1". A los 13 Nicolás Gaitán puso una pelota bárbara, Mouche le sacó un campo de ventaja a Cabral pero disparó de zurda y desviado.

Pisando los 20 Nicolás Domingo se tiró literalmente de cabeza para ahogar el grito de gol de un Cristian Chávez que estuvo poco en cancha, para amargura de Ischia (ver aparte).

River estaba mal parado atrás y de mitad de cancha en adelante era un equipo sin ideas y timorato. Por ese motivo jamás amenazó aguar la vuelta del "Pato" Abbondanzieri.

En cambio, Mouche era una pesadilla y aunque a los 28 volvió a quedar mano a mano con Ojeda y falló, a los 45 no perdonó, al recibir un pase bárbaro de Leandro Gracián (habilitó a todos en forma infantil Ferrari) y definir bien de zurda.

En el epílogo la superioridad de Boca se intensificó, a pesar de que Gorosito mandó a la cancha a Buonanotte. River dio muchas ventajas por su sector derecho, con el tándem Galmarini-Barrado en un partido para el olvido, y por ahí se hizo una fiesta Gaitán: primero el volante lo erró a los 2 tras una gran corrida; a los 11 armó otra apilada y su disparo a tres dedos pegó en el palo. Un par de minutos después Viatri la mandó a las nubes y sobre los 15 Palacio desbordó, pero Viatri volvió a tirarla afuera.

Boca no se quedó nunca y Gaitán tuvo otra que se fue cerca. Sobre los 23 Domingo evidenció el nerviosismo de todo River y se fue expulsado.

River se desmoronó definitivamente a los 31, cuando Roncaglia aprovechó un buen desborde de Palacio y la pasividad de la defensa "millo". De ahí al final, sólo hubo tiempo para el floreo "xeneize".

 

 



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