La escasez de energía disponible para que la principal actividad productiva de la región desarrolle normalmente sus tareas en plena temporada dejó al descubierto la falta de previsibilidad y atención que los diferentes gobiernos le han prestado a este sector. El riesgo al que se ha expuesto a la actividad frutícola, principalmente, y a otros segmentos que quieren producir y merecen contar con las condiciones adecuadas para hacerlo ha sido inmenso. La falta de incentivo a la inversión puso de manifiesto una vez más durante esta semana que en materia energética no se puede improvisar, porque el riesgo que se corre es altísimo. Las señales de que llegó la hora de actuar, con obras, ya fueron dadas. ¿Tomarán nota los gobernantes?
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