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Soledad Total
Simpleza, pureza, frescura, espíritu de descanso... Al norte de Punta del Este.

A pasos del océano Atlántico, sobre campos de médanos vírgenes, se emplaza este rancho de madera. Está a 15 kms de La Pedrera, un pequeño balneario uruguayo al norte de Punta del Este. De estilo  marítimo, líneas simples y con los colores blanco y azul como únicos protagonistas, es el refugio que ideó la arquitecta Mercedes Cristiani para una familia con niños. 
Ubicado a los pies de una cárcava natural se construyó un puente de madera que conduce hacia la casa. La fachada es de madera pintada de blanco, con grandes ventanales de líneas simples y marco azul, único toque de color. Se apoya sobre pilotes de madera elevada del nivel del piso. “Esto permite que el aire circule por todos los planos de la casa evitando problemas de humedad”, explica la arquitecta Cristiani.
El primer módulo fue obra del arquitecto Martín Gómez mientras que en una segunda etapa, cuando fue comprada por una nueva familia con mayores necesidades de espacio,  la arquitecta Cristiani intervino y -siguiendo el estilo original de la casa- construyó un segundo módulo.
Entre ambos suman 140 m2 cubiertos, rodeados de galerías con piso de deck de otros 120 m2. El módulo inicial tiene living-comedor-cocina, baño y dormitorio. El complementario contiene dos dormitorios más, uno de ellos con vista al mar y el otro hacia los médanos orientado a la puesta del sol.
Pensada como casa de descanso, para pasar los meses de verano cuando el sol sale temprano y la luz se mantiene hasta las nueve de la noche, carece de  luz eléctrica y la mejor iluminación la proporcionan las velas. Pero para brindar las comodidades básicas instalaron un grupo electrógeno para extraer agua del pozo, contar con agua caliente y varias horas de frío en la heladera.
La casa tiene varios espacios para disfrutar del aire libre. Pasen y vean, entonces...

Un gran deck frente a la playa se destaca para observar la salida del sol, muy agradable por la mañana y, entre los dos módulos, se erige una gran pérgola que protege del sol. Dos grandes pilares de piedra en el centro albergan la parrilla y la chimenea exterior.
En el interior, pisos, cielorrasos y paredes son de madera machihembradas La cubierta exterior es de chapa en fibrocemento, un material ideal que no requiere de mantenimiento y es de gran durabilidad.
Para el diseño interior, Cristiani logró plasmar simpleza en los espacios. “Como se trata de una casa de verano en un lugar alejado de la civilización se optó por una decoración sencilla, totalmente despojada de lujos y excentricidades”, define.
Los muebles fueron comprados a artesanos de la zona con la idea de que puedan ser usados tanto adentro como afuera.
Hechos en maderas semiduras pintadas de blanco, tejidos en junco y fibras naturales.
El living, comedor y cocina fue pensado de manera funcional sin descuidar el diseño. Se armaron dos espacios claramente diferenciados, una gran barra con banquetas para comer mientras que dos grandes sillones tapizados en jean camisero enfrentados con una mesa en madera patinada en blanco arman el espacio del living.
Una lámpara traída de Brasil ilumina el espacio y es el único objeto decorativo. Las demás lámparas que se utilizaron son de papel reciclado y varillitas de madera, cuenta.
El espacio es muy luminoso durante todo el día. El blanco y el azul predominan como colores en todos los espacios. “Se optó por hacerlo en estos dos tonos para que todos los espacios tengan unidad ya que están todos muy vinculados entre sí por los grandes ventanales y el patio central”, dice la arquitecta a eH!.
El dormitorio principal está ubicado frente al living comedor separado por un gran patio cubierto con una pérgola de madera rústica. Los muebles son simples y funcionales.
La puerta tiene como detalle el contramarco pintado en azul. Una gran ventana en el lateral deja ver la inmensidad del mar. El  segundo dormitorio se armó con dos camas en madera patinada y una simple mesa de luz. Almohadones en azul para cortar el blanco de los acolchados de piqué.
El baño tiene piso y paredes en cemento alisado de color blanco.
La ducha tiene dos ventanas en los laterales desde las que se ve el mar y los grandes médanos.
El detalle de las cortinas en azules y las toallas a rayas le dan un toque de humor al espacio.
Simpleza, pureza, frescura, espíritu de descanso... Sensaciones que transmite  la ambientación pensada por la arquitecta Mercedes Cristiani que junto con al magnífico entorno donde está emplazada tiene las características ideales para disfrutar de los días de verano en este refugio en contacto con el mar.

 



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