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Menos es más
En tan sólo 27 m2 el arquitecto Carlos Galli consiguió generar un departamento de ambientes y usos para cada momento y necesidad. Su propietario, un artista plástico, disfruta de la versatilidad de su espacio, que se ajusta a la mentalidad práctica y audaz de los tiempos modernos.

La vida de hoy en la ciudad no da tregua. Las exigencias en cuanto a mantenimiento hacen que los espacios habitables se reduzcan, sin bajar la guardia en cuanto a estilo y confort. El buen diseño permite que ambos factores se concilien y así, belleza, comodidad y practicidad, reinen en viviendas aptas para el trajín de la cotidianidad.
El feliz propietario de este monoambiente es el artista plástico Rodolfo Monteverde, quien atraído por la excelente ubicación de la propiedad en Barrio Norte, una zona cotizada de Buenos Aires, el balcón con vista abierta y la excelente iluminación natural, se lanzó a emprender un proyecto de vivienda ideal para adaptarlo a su estilo de vida.
“Contacté al arquitecto Galli y le pedí que diseñara la distribución del espacio y que creara una cocina”.
A pesar de su estrechez, el anterior departamento tenía varios ambientes por lo que varias paredes fueron tiradas para hacer un espacio único. Una vez puestas manos a la obra, el departamento debió  ser completamente reorganizado para sacarle el mayor beneficio.
“No quedó nada de lo anterior. Con este proyecto se partió de una planta libre donde solamente se propuso mantener el lugar del baño”, indica Galli.
Los trabajos, iniciados en el 2007, se realizaron en tan sólo 60 días. 
Tirando abajo divisiones y distribución preexistente, y utilizando materiales de fácil mantenimiento y posible uso en todos los ambientes, se consiguió optimizar el potencial del lugar y sacar provecho de su iluminación natural para generar la sensación de amplitud.
El mismo elemento en pisos y divisiones, micro cemento alisado y unas cuantas superficies de espejo aquí y allá, fueron la nota distintiva para crear la ilusión de mayor espacialidad.
Galli contó con la libertad suficiente para aportar su saber e intuición profesional en este desafío cuya limitante del metraje, requería una aguda noción del aprovechamiento al máximo de cada elemento en términos de arquitectura.

 Igualmente fue indispensable su intervención en cuanto al equipamiento, para que éste fuera igualmente ligero, sin romper la armonía del diseño.
El arquitecto explica cuál fue la clave mágica para hacer de un área escasa, un departamento súper contemporáneo y pleno de confort: “Creo que uno de los cambios más importantes fue subir la carpintería, porque le dio altura al espacio”. 
Finalmente el departamento cuenta con un cocina comedor, el dormitorio que funciona también como estar, un escritorio armado contra la pared contraria que sirve de oficina, lugares de guardado, además de baño con bañera.
Un milagro del diseño fue generar ambientes cómodos y útiles en los 27 m2 disponibles, sin generar mayores complicaciones de mantenimiento a su activo propietario.
Los esfuerzos se focalizaron en dos puntos: por un lado la cocina, debía ser a la vez útil y discreta, sin robar amplitud al recinto. “Una mini cocina, muy integrada al espacio general, con muebles de melanina negra y mesadas de granito, pero a la vez separada del lugar de estar fue la solución”, acota el arquitecto.
Otros de los chispazos en la obra se dio en el baño, cuyos cambios generaron una transformación radical.
“Las reformas aquí fueron radicales. Abrimos ventanas hacia el balcón y le dimos un acabado todo nuevo muy claro”, dice Galli, quien con sus ideas consiguió que se exaltara la luz.
En cuanto a la iluminación artificial,  además de las luces halógenas embutidas en obra, los focos de luz como lámparas y pantallas son de vital protagonismo para dar esa sensación de calidez y ambiente de hogar.
Una decoración sencilla en cuanto a su definición estética, que se vale de las líneas puras y racionales de diseño contemporáneo, pero con mucho gusto en esos detalles pequeños que marcan la irrefutable personalidad sensible y especial de su propietario, fueron la última pincelada en esta obra espléndida.
Exquisitas piezas de arte de la colección de Rodolfo, complementados con objetos de la boutique de decoración del arquitecto Galli, elevan el nivel del departamento en cuanto a su estilo y brindan una calidad de vida inigualable.
Hoy el artista plástico vive su espacio intensamente, disfrutando de todas sus posibilidades.
Para Galli, la satisfacción de conseguir una vivienda tan cómoda y versátil no es menor: “La caja monocromática tiene la virtud de ser un escenario donde se desdibujan los límites y los planos. Aquí, Less is more. En términos de información visual funciona de maravilla aquí”.



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