|
||
Resuelven promover la producción de autopartes | ||
Las firmas del sector habrían cerrado sus balances del 2008 con un déficit de $ 6.000 millones. En el marco del plan de incentivo para terminales y concesionarios las fábricas de componentes no fueron consultadas. | ||
l sector autopartista creció desde el 2002, al 20% anual entre el 2003 y el 2007, lo que dio lugar a que aumentaran las inversiones y el empleo, incluso con falta de personal técnico calificado. Según la Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes (AFAC), llegó a ocupar a 45.000 personas -el 5,6% de toda la dotación industrial-, con remuneraciones superiores al promedio fabril aunque muy desparejas. Cuando el 21 de diciembre de 2007 directivos de tales empresas y de terminales se reunieron con Martín Lousteau, por entonces ministro de Economía y Producción, surgieron coincidencias en cuanto a que era necesario incentivar la producción de partes nacionales. Lousteau se fue y se aprobó la ley 26393/08 de desarrollo y consolidación del sector autopartista nacional, que reemplazó al decreto 774/05 del Poder Ejecutivo Nacional (PEN), cuya vigencia finalizó en julio pasado. No obstante, después las ventas de autos cero kilómetro declinaron en noviembre pasado y las que se concretaron fueron pactadas a precios rebajados -como se notó también en las de usados- y con financiamiento, pero no atenuaron la preocupación de las terminales y los concesionarios, que procuró ser calmada por el gobierno nacional con un plan de reactivación. Éste demoró en ser aplicado, como casi invariablemente sucede con las decisiones improvisadas sobre la marcha (ver aparte). Al trascender la posibilidad de que el plan se basaría en bajas de precios y créditos baratos, las potenciales operaciones se frenaron, pese a los incentivos y bonificaciones pergeñados por tales fábricas y comercios con el objetivo de cambiar las expectativas negativas de los usuarios y así poder liquidar los stocks. Evidentemente, no se cumplieron las estimaciones tan optimistas de principios del 2008, trazadas tanto por la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa) como por la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (ACARA). La producción de autos del año pasado totalizó 597.086 unidades y significó un crecimiento del 9,6% respecto del período precedente, de las cuales se exportaron 351.092, o sea, un 11% más. En diciembre del 2008, la fabricación se retrajo a 26.716 autos, el 47% en relación con los 50.675 del mismo mes del 2007. La crisis probablemente influyó para que Honda Motor decidiera demorar hasta mediados del 2010 la puesta en marcha de la planta que construye con una inversión de 100 millones de dólares, cuya inauguración estaba prevista para la segunda mitad de este año. Las ventas internas del 2008, incluidas las de importados, sumaron 611.770 unidades, es decir que ascendieron el 8,3%, pero en el último mes del año cayeron a 35.681, lo que representó una baja del 29,1% frente a idéntico período del 2007. Antes de que se implementara el "Plan de incentivo a la industria automotriz" se pronosticó que el mercado local captaría este año entre 450.000 y 500.000, por supuesto en función de cómo evolucionara la crisis. En principio, pareció que las autoridades de turno no tomaron en cuenta a los autopartistas, pese a que antes de publicitarse el plan de marras para fabricar y financiar 100.000 autos compactos y económicos en seis meses, Guillermo Moreno, secretario de Comercio Interior, intentó infructuosamente que se aplicara una línea de crédito oficial de 1.000 millones de dólares para vender 100.000 autos chicos, sin aire acondicionado, sin estéreo y con accesorios básicos nacionales, mediante un sistema de ahorro de 60 cuotas al que varias terminales se opusieron. De cualquier manera, corresponde recordar que Moreno pretendía que se ensamblaran con un porcentaje importante de componentes locales. "La venta de más automóviles económicos no tendrá impacto positivo para nosotros, y hasta podría perjudicarnos", advirtió Juan Cozzuol, no hace mucho elegido presidente de la AFAC. Y agregó: "no está bien pretender que la pérdida de exportación sea sustituida exclusivamente con modelos económicos que en su mayoría son fabricados en Brasil, y que los que se fabrican en el país, para convertirlos en económicos, tengan que estar despojados de una gran cantidad de componentes, con lo cual se eliminan proveedores, o sea, autopartistas". Por otra parte, debido a la matriz de especialización productiva regional, los medianos y las pick-ups medianas son los que se realizan en la Argentina. Cozzuol comentó, inclusive, que el autopartismo no fue convocado para que aportara ideas destinadas a la preparación del plan oficial, pese a concentrar el doble de puestos de trabajo que las terminales. Éstas permanecerían cerradas "entre 8 y 10 semanas" desde diciembre hasta febrero y fabricarían durante el año cerca de 400.000 automóviles, con lo que resultaría afectado el sector de autocomponentes. En la AFAC estimaron que las firmas nucleadas habrían cerrado sus balances del 2008 con un déficit total de unos 6.000 millones de pesos e insistieron en que este año afrontarían una "retracción enorme, significativa". Para preservar la estabilidad del sector, la propaganda oficial destacó el 19 de diciembre que el gobierno asumió el compromiso de financiarlo. Prometió 500 millones de pesos, con una tasa del 11 o el 12%, mientras por la resolución 25/2008 del Ministerio de Producción se reglamentaba la ley 26393/08 de desarrollo y consolidación del sector, aprobada en julio del año pasado por el Congreso de la Nación. Autopartistas aprovecharon para solicitar, asimismo, medidas que mejoraran su competitividad; por ejemplo, subas de los reintegros a las exportaciones y análisis de la cobranza de ingresos brutos en el Mercosur, porque las partes importadas no lo pagan y sí las nacionales, y la utilización del crédito fiscal acumulado para pagar cargas tributarias y previsionales. Por supuesto, expresaron preocupación por la depreciación cambiaria en Brasil, que podría impactar en las decisiones de fabricación de nuevos modelos de vehículos y en las localizaciones de piezas. Por entonces el sector prescindió de 1.200 trabajadores -algunos provisoriamente- y en el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social algunas firmas solicitaron la apertura de procedimientos preventivos de crisis, como consecuencia de la crisis global y la perspectiva de que ésta se extendiera en el tiempo.
Estímulos para vender por lo menos 100.000 unidades El bautizado oficialmente "Plan de incentivo a la industria automotriz" comenzó a anunciarse el 4 de diciembre pero por tramos, por lo que demoró en ser implementado. Doce días después Amado Boudou, titular de la Administración Nacional de Seguridad Social (Anses), comunicó que los préstamos subsidiados para estimular las ventas de autos sólo se concederían a quienes nunca hubieran tenido un cero kilómetro, luego de que la propaganda oficial indicara que abarcarían exclusivamente a quienes no hubieran comprado uno nuevo en el último quinquenio. Cuando se multiplicaban las consultas y hasta las reservas, recién en la víspera del día de los Reyes Magos los concesionarios empezaron a vender 18 modelos cero kilómetro de baja gama en cuotas que no debían superar el 30% de los ingresos mensuales del comprador. Por entonces había unos 10.000 pedidos de potenciales adquirentes acumulados en la Dirección Nacional del Registro de la Propiedad del Automotor, que es la que debe certificar que nunca accedieron a uno nuevo. Esas 10.000 solicitudes representaban la décima parte de las 100.000 que el gobierno nacional supuso que se colocarían para aprovechar los 3.100 millones de pesos asignados a esta operatoria, provenientes de la Anses y obtenidos de los recursos disponibles de las eliminadas AFJP. A su vez, Dante Álvarez, presidente de la Asociación de Concesionarios de Automotores (ACARA), imaginó que el plan ayudaría a vender entre 140.000 y 160.000 unidades. Algunas firmas vendedoras de nuevos y usados decidieron aceptar aquellos con al menos seis años de antigüedad como parte del desembolso inicial del 20% requerido para obtener la adjudicación, aunque tomándolos a precios hasta un 15% inferiores a los del mercado. Esto sucedía cuando inspectores de la Secretaría de Comercio Interior intentaban verificar si los concesionarios realmente vendían de acuerdo con el plan oficial.
Miguel Ángel Fuks miguelangelfuks@yahoo.com.ar |
||
Use la opción de su browser para imprimir o haga clic aquí | ||