>
Cuarto poder

Andy Murray es un sobreviviente. Escapó de una masacre en una escuela escocesa, se sobrepuso y hoy es la gran esperanza del tenis británico, sumido en una larga crisis.

"Gran Bretaña, la cuna del tenis, sigue sin admirar a un campeón de Grand Slam desde Fred Perry en el Open USA de 1936, una eternidad. Murray, su esperanza, decepcionó en la primera tentativa", publicó "Mundodeportivo.es" el 18 de octubre de 2008, el día que Roger Federer se sacudió todos los fantasmas, escapó de las sombras, se olvidó de su Bestia Negra Rafael Nadal y volvió a ser el gran "Expreso Suizo", en la final del US Open donde dejó al pequeño Andy como a un niño perdido en la cancha.

Pero Murray, el muchacho de rostro blanquecino, mirada inquietante y rasgos adustos parece haberse hecho hombre de buenas a primeras, en apenas unos meses, y hoy está en boca del mundo.

Apenas comenzó el año, Novak Djokovic, siempre risueño y desenfadado, señaló que la lucha en la cúspide del tenis mundial "ya no será cosa de dos". Pero lo del serbio fue autorreferencial y no pensó en un Murray por el que hoy se pelean los sponsors y que ha ascendido vertiginosamente entre los candidatos a llevarse el primer Gran Slam del año, que se disputará en Melbourne (Australia), entre el 19 de enero y el 1 de febrero.

Murray se mantiene impávido a todo. Sólo juega tenis. Y voltea a los más grandes. En los primeros días de este mes ganó la exhibición de Abu Dhabi tras vencer a James Blake, Rafael Nadal y Federer, al que volvió a pasear en las semifinales de Qatar. Allí, el sábado se calzó la corona, por segundo año consecutivo, al superar con un tenis de alto vuelo al americano, y tocayo, Andy Roddick.

El noveno título del escocés no hizo más que aumentar las apuestas en su favor de cara al primer "Grande". "Podrán ser sólo partidos de exhibición y torneo de menor nivel, pero la sensación de que Murray podrá finalmente poner en lo más alto al tenis británico está creciendo", dijo el vocero de una casa de apuestas, donde Andy se encuentra 11/4 para ganar en Australia, 14/1 para Roland Garros (cuando antes estaba 20/1), 4/1 para llevarse un histórico triunfo en Wimbledon, y 5/2 en el US Open, su favorito y en el que cayó sin atenuantes ante Federer.

Pero antes de que la vida se pintara de rosa para Murray, antes de los títulos de Masters Series (Cincinnati y Madrid), mucho antes de las 9 consagraciones de ATP, el 4 del mundo pasó por un horrible trance del que muchos no se recuperan. En 1996, cuando apenas tenía 8 años, el pequeño Andy sobrevivió a la masacre de Dunblane: 16 niños y una maestra fueron asesinados en una escuela escocesa por el psicópata Thomas Hamilton. Murray se escondió en la oficina del director durante la matanza y hoy dice que no recuerda nada del episodio.

Ya a esa altura jugaba al tenis. Cuatro años después y muchas sesiones psicológicas mediante ganó el Orange Bowl de Florida, un torneo que distingue a las estrellas precoces. Se perfeccionó en la escuela de Javier Sánchez Vicario, en Barcelona, y a los 14 obtuvo el Abierto de los Estados Unidos en júniors. En 2006 se hizo mayor con su primer título de ATP y hoy es la gran esperanza de un tenis británico que desea salir de la crisis. Andy puede ser su salvación.

 



Use la opción de su browser para imprimir o haga clic aquí