>
LA SEMANA

La presión de los gremios para conseguir aumentos salariales es una constante en Neuquén. Como lo es la facilidad que tienen los ministros para otorgar subas que después son desmentidas por el gobernador o -como en el último caso- por su vice Ana Pechen.

Las contradicciones que muestra el Ejecutivo dejan entrever la falta de liderazgo de que adolece el gobierno neuquino. No hay convicción en lo que se pregona. Por un lado se habla del estado crítico de las cuentas públicas y por el otro, ante la menor presión gremial, los ministros terminan prometiendo más dinero para salarios sin tener en cuenta los cambios que necesita el sistema. Pareciera que hay que evitar asumir costos políticos. Pero tarde o temprano éstos se pagan.



Use la opción de su browser para imprimir o haga clic aquí