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Una herida abierta en la generación del \'86 | ||
Los primeros en la lista fueron Miguel Russo y Sergio Batista. Algo más atrás, Carlos Bianchi y Diego Simeone. Sin embargo el elegido fue Diego Maradona, cuando ¿nadie lo esperaba?. Su designación e supo un día después de que Julio Grondona dijera que no iba a haber novedades sobre el sucesor del Basile en los próximos días y de la confirmación que Sergio Batista iba a dirigir el partido amistoso con Escocia el 19 de noviembre. Ninguna de las dos cosas fue cierta finalmente. Maradona fue designado el 28 de octubre y el "Checho" no dirigió a ninguna selección en ningún amistoso contra Escocia. Lo hizo Diego. Su designación, como todo lo que lo involucra, generó apoyos y rechazos en partes casi iguales. Como sea, la sensación de que Maradona y la selección son la misma cosa es inevitable. Pero hay otra sensación que suele envolver cada cosa que Diego hace y que tiene que ver con lo inconmensurable de su ser. Esa sensación de que todo puede estallar en cualquier instante. Y ésa y no otra fue la sensación que sobrevino cuando el rumor de su renuncia asomó, a partir de la interna de satada por al conformación de su cuerpo técnico. Una situación entre confusa y absurda que generó el nombre de Oscar Ruggeri. Mientras Julio Grondona presionó para que Sergio Batista y José Luis Brown acompañen a Maradona, éste rechazó la propuesta y prefirió la compañía de Carlos Bilardo y Ruggeri. El tema sigue pendiente de resolución. Con Diego el Bilardo en la selección, las puertas parecieron abrirse a la generación del '86. Sin embargo nada es como entonces. Ni Brown ni Batista ni Enrique parecen gozar de la confianza de Maradona, mientras, Ruggeri sigue en la lista de espera. Pero todo depende de don Julio, quien en enero pasado había dicho que "sólo hablaría con Bilardo si estoy obligado como presidente de la AFA" y once meses después le abrió las puertas de la selección, que el Doctor atravesó gustoso. |
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