Si bien Boca está muy cerca de una nueva consagración, también es verdad que Carlos Ischia no la tiene sencilla para armar el rompecabezas de cara a la finalísima de mañana ante Tigre, que se jugará desde las19:30 en la región, en la cancha de Racing y ante 17 mil personas (4.500 más para cada uno). La preocupación más importante del calvo entrenador tiene que ver con el sustituto de Juan Román Riquelme, que se quedó afuera de la definición porque vio la quinta amarilla ante San Lorenzo. Los candidatos Para intentar suplantar al “Torero” suenan los nombres de Leandro Gracián y Nicolás Gaitán, mientras que para suplir a Fabián Vargas, el otro suspendido, están Cristian Chávez y Álvaro González. El “Pochi”, luego de una larga ausencia, ganó muchos puntos el sábado, ya que jugó bien y marcó el tanto que le dio al “Xeneize” un plus invaluable, porque con el 3-1 se puede dar el lujo de perder hasta por un gol e igual dar la vuelta. Chávez, además, puede actuar como volante por derecha o bien como enganche, esto con menos probabilidades ya que no es su posición natural en la cancha. González y Gracián, a pesar de haber quedado fuera de la nómina de suplentes frente a San Lorenzo, tienen sus chances porque el charrúa rindió muy bien por la derecha (la posición de Vargas) frente a San Martín en Tucumán y el ex Vélez fue el reemplazante natural de Román durante todo el torneo. Mientras que Gaitán, que estuvo en el banco pero no jugó, puede moverse por los carriles, pero se siente más suelto cuando lo hace de enlace, aunque al parecer corre detrás de Chávez, sobre todo por el gol antes señalado. Claro, Ischia tampoco descarta modificar el dibujo táctico y colocar un 4-4-2, con Chávez, González, Sebastián Battaglia y Jesús Dátolo en el medio. Con todas estas especulaciones dando vuelta, lo único cierto es que el entrenador mandará a la cancha a Facundo Roncaglia en lugar de Juan Forlín y que confirmará el equipo un puñado de horas antes del pitazo de Sergio Pezzota. Ayer Hugo Ibarra y Jesús Dátolo, piezas claves, se movieron en forma diferenciada durante una práctica a la que, sorpresivamente asistió Riquelme. El “Negro”padece una sinovitis en la rodilla izquierda y el volante acarrea una fatiga en el isquiotibial derecho, pero es casi un hecho que serán de la partida en el ‘Cilindro’ de Avellaneda. “Nosotros tenemos la cabeza en ganar y nada más”, aclaró Lucas Viatri cuando le consultaron sobre si Boca especularía ante el equipo de Cagna. Y fue más específico cuando le preguntaron sobre la clave del choque: “Es la misma que con San Lorenzo, salir a ganar, como lo hacemos en todas las canchas”. Por el glorioso zarpazo Tigre volvió a respirar después de tantas especulaciones. El equipo de Victoria todavía tiene chances de hacer historia, pero para dar la vuelta olímpica deberá vencer a Boca por dos goles de diferencia. Algo que se abre como una tarea titánica desde el vamos, y que se vuelve aún más complicado si se piensa que el entrenador Diego Cagna no podrá contar con dos jugadores que forman parte de su columna vertebral: el arquero Daniel Islas y el volante central Diego Castaño. Frente a este panorama, el DT ya decidió que los tres palos serán defendidos por el pibe Luis Emanuel Ardente, que debutará en primera. Por el “5” batallador saltará a la cancha Jonathan Blanco. Es obvio que lo demostrado ante San Lorenzo no dejó para nada conforma a Cagna, que también realizará dos modificaciones tácticas. En la mitad de la cancha Sebastián Rosano le quitará el lugar a Sebastián Rusculleda y en la avanzada el “Flaco” apelará a la experiencia y el presencia de Leandro Lázzaro, que ingresará en lugar de Leonel Altobelli. El reaparecido goleador fue el autor del 1-2 ante San Lorenzo. Así, Tigre ya está listo para el último zarpazo. La violencia volvió a rondar cerca de Boca La violencia volvió a rondar a Boca. Ayer la madre de Mauro Martín, jefe de La 12, y una joven que la acompañaba fueron agredidas por un grupo de violentos que ingresó al club Leopardi, en el barrio de Villa Luro, amenazó a los presentes y destrozó el mobiliario de todo el lugar. La policía tiene la certeza de que se estaría ante un nueva interna de la barra brava ‘xeneize’, justo antes del choque con Tigre. Los atacantes no sólo insultaron a las mujeres, sino que constantemente apuntaron a que Martín no vaya más a la cancha, según el abogado del barra, Horacio Riveros. El ataque se produjo en el club Leopardi, ubicado en Cajaravilla 4980, de Villa Luro, en el entretiempo del partido que jugaron el sábado Boca y San Lorenzo. La madre de Martín, Rafaela Saidone, sufrió golpes y escoriaciones y fue asistida en el lugar, en tanto que una empleada que trabajaba en el club fue rociada con combustible, según aseguró Riveros, quien estimó que por las amenazas que proferían “obedecería al núcleo” que lidera el uruguayo Williams. El club Leopardi está regenteado por los padres de Martín y en esa institución el jefe de La 12 enseñaba boxeo a su antecesor Rafael Di Zeo, que estaría por salir en libertad tras una condena a cuatro años y cuatro meses de prisión por un ataque a hinchas de Chacarita en La Bombonera. Las dudas parten del arco Será una final atípica, anormal si se quiere. En ambos bandos faltarán piezas claves, uno de los equipos llegará al choque con mucha ventaja y los dos tienen problemas en sus arcos. ¿Qué se puede esperar del partido de mañana? Seguramente a un Tigre que saldrá en busca del arco de enfrente desde el minuto cero y a un Boca agazapado, expectante para dar la estocada final y asegurar el título sin sufrir. El “Xeneize” no tendrá a su cerebro futbolístico (Riquelme) y al hombre que más fácil se sale de libreto, a veces para bien y otras para mal (Vargas). Igual, el equipo de Ischia tiene muchas variantes y el ataque no parece ser el problema. Es que las mayores dudas parten del arco, donde el pibe Javier García se ha mostrado falible en los últimos partidos, e incluso fue responsable directo en los goles frente a Colón y San Lorenzo. De todas, formas mantendrá el puesto, por la crisis que mantuvo Mauricio Caranta con Ischia y porque sus compañeros, sobre todo Riquelme, lo bancan. En Tigre sucede algo similar. A Daniel Islas lo traicionó el temperamento ante San Lorenzo y el equipo de Victoria lo pagará caro. El hermano de Luis Alberto fue una de las figuras del torneo, tuvo uno de los arcos menos vencidos y estará ausente en el partido más importante. Su lugar será ocupado por el inexperto Luis Emanuel Ardente.
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