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Eterno ganador

Con apenas 24 años, Carlos Tevez ya fue campeón de casi todo lo que se propuso. La historia de un muchacho que venció al destino.

Carlitos Tevez logró lo que pocos: vencer al destino. Mostrarle los dientes, los colmillos deformes de corte caninos a ese destino que parecía estar marcado. Lo hizo con las mismas armas con las que se defiende en la cancha: habilidad y coraje. Carlos Tevez es la utopía resignificada, la imagen de quien le dobló el brazo a una historia prefijada.

La vida le pasó con crueldad por delante de los ojos en el 2001. La eliminación a manos francesas en el Mundial sub 17 de Trinidad y Tobago pasó a ser nada cuando se enteró de que en Fuerte Apache, su barrio de toda la vida, habían asesinado a un ser querido.

"Yo tenía un amigo que quería mucho, que se llamaba Darío Cabañas y era un fenómeno que jugaba conmigo en Santa Clara. El pibe tenía una familia hermosa, pero entró en la joda y lo mataron". Unos meses después, el 21 de octubre, y con apenas 17 años (05-02-84), Carlos Bianchi lo mandó a la cancha en Córdoba, en la derrota frente a Talleres.

Su paso por Boca se transformó en un idilio pocas veces visto. Con el "Maestro" Tabarez saltó a la fama y con el "Virrey" mutó en jugador emblema, indomable, atrevido y ganador. De todo.

Obtuvo el Apertura y las Copas Libertadores e Intercontinental '03, más la Sudamericana de '04 y antes de partir hacia Brasil, se transformó en la sensación y el goleador (8 tantos) de un sub 23 que conquistó Atenas y consiguió el primer oro del fútbol criollo en Juegos Olímpicos.

A esa altura Carlitos ya era una celebridad, se paseaba en costosos autos, lo atraía la noche y las revistas de chimentos le seguían los pasos tanto como las de deportes. Si bien se habló de que su partida tenía que ver con escaparle a las garras de la farándula, lo cierto es que su traspaso al Corinthians en una cifra record de 19,5 millones de dólares fue uno de los primeros negociados sucios que se le conocerían a la empresa MSI del iraní Kia Joorabchian.

Jamás se refirió Tevez a este tema, aunque el escándalo se haya llevado miles de líneas en diferentes periódicos y revistas. Sí habló en la cancha y comenzó a ser visto como el patrono de los imposibles. Primero se convirtió en ídolo y figura nada menos que en las tierras de Pelé, fue campeón del Brasileirao y "Rey del Fútbol de América" por tercera vez consecutiva (de acuerdo al diario uruguayo "El país").

De allí se fue enojado con los hinchas y junto con su amigo Javier Mascherano pasó a un modesto West Ham al que salvó del descenso en la última fecha y nada menos que frente a su futuro equipo,el ostentoso Manchester United. Antes, el "Apache" se había ganado definitivamente el amor del pueblo argentino cuando en la eliminación del último mundial encaró a cada uno de los roperos alemanes como si en eso se le fuese la vida. A mediados del 2007 pasó a los "Diablos Rojos", se transformó en una de las máximas atracciones de Inglaterra, donde lo aman, fue figura en la obtención de la Liga y tocó el cielo con las manos el 21 de Mayo, al besar la "Orejona"de la Liga de Campeones. Ayer, en Japón, el eterno ganador volvió a reírse del destino.



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