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Fragmento de \"After Dark\"

Nos encontramos en Denny's. Iluminación anodina, aunque suficiente; decoración y vajilla inexpresivas; diseño de planta calculado hasta el menor detalle por expertos ingenieros; música ambiental inocua sonando a bajo volumen; empleados formados para que sigan el manual a rajatabla. "Bienvenidos a Denny's". Mires a donde mires, todo está concebido de forma anónima e intercambiable. El establecimiento se halla casi lleno.

Tras barrer el interior del local con la mirada, nuestros ojos se posan en una chica que está sentada junto a la ventana. ¿Por qué en ella? ¿Por qué no en otra persona? No lo sé. Sin embargo, por una razón u otra, la chica atrae nuestra atención... de un modo espontáneo.

Está sentada en una mesa de cuatro asientos, leyendo un libro. Parka gris con capucha, pantalones vaqueros, zapatillas deportivas de color amarillo desteñidas tras múltiples lavados. Sobre el respaldo del asiento contiguo cuelga una cazadora. Tampoco ésta parece nueva, en absoluto. Por lo que respecta a la edad, hará poco que la chica es universitaria. Ya no es una estudiante de bachillerato, pero aún conserva el aire del instituto. Tiene el pelo negro, liso, corto. Lleva poco maquillaje, ninguna joya. Cara pequeña y delgada. Gafas con montura negra. De vez en cuando frunce el entrecejo con aire reconcentrado.

Está absorta en la lectura. Apenas aparta los ojos del libro. Es un grueso tomo de tapa dura, pero, como lleva puesta la sobrecubierta de la librería, no se ve el título. Dada la gravedad con que lo lee, debe de tratarse de un libro de contenido muy serio. La chica no se salta una sola línea, sino que, por el contrario, parece ir masticándolas a conciencia, una a una.

Sobre la mesa hay una taza de café. Hay un cenicero, al lado de éste, una gorra de béisbol de color azul marino con la "B" de los Boston Red Sox. Posiblemente le vaya un poco grande. En el asiento contiguo descansa un bolso bandolera de piel marrón. A juzgar por el abultamiento que presenta el bolso, la chica ha ido embutiendo en él de forma apresurada todo cuanto le ha venido a la cabeza. Alza la taza a intervalos regulares y se la lleva a la boca, pero no parece que saboree el café. Tiene la taza delante y se toma el café porque eso es lo que tiene que hacer.

Como si se acordara de pronto, se pone un cigarrillo entre los labios y lo enciende con un mechero de plástico. Achica los ojos, lanza el humo de manera libre y fácil, deposita el cigarrillo en el cenicero y, luego, se acaricia las sienes con la punta de los dedos como si quisiera alejar el presentimiento de un futuro dolor de cabeza.

La música que suena a bajo volumen es Go Away Little Girl, de Percy Faith y su orquesta. Nadie la escucha, por supuesto. Hay gente muy diversa comiendo y tomando café en Denny's esa madrugada, pero ella está sola. De vez en cuando levanta la mirada del libro y echa una ojeada al reloj de pulsera. Por lo visto, el tiempo no avanza tan rápido como ella quisiera.

Tampoco parece que haya quedado con alguien.

No recorre el interior del local con la mirada ni dirige los ojos hacia la puerta. Simplemente, está sola leyendo un libro y fuma algún que otro cigarrillo, inclina la taza de café con un gesto maquinal y espera a que el tiempo transcurra deprisa, aunque sólo sea un poco. Sin embargo, es obvio que aún falta mucho para el amanecer.

 

 

Traducción del japonés de Lourdes Porta



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