En la primera quincena de diciembre finaliza el nacimiento de larvas de la primera generación de carpocapsa. A partir de este momento es posible realizar la evaluación de daño para determinar la eficacia de las tareas de control realizadas. Se recomienda observar un mínimo de 500 frutos por hectárea, de la parte superior de los frutales, repartidos en 10 a 15 árboles. Si el porcentaje de daño registrado es menor al 0,2% se podrá continuar con las tareas habituales decidiendo el momento de aplicación de acuerdo con las capturas y los muestreos sucesivos; si son superiores al 0,2%, es indispensable detectar y corregir las fallas en el control y continuar con las aplicaciones de insecticidas.
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