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Empató y se le acercaron

"Cipo" no pudo con Rivadavia y Santamarina ahora está a tiro.

Cipolletti estuvo lejos de su mejor nivel, careció de ideas y por ese motivo no pudo quebrar la resistencia de un equipo como Rivadavia de Lincoln, que llegó hasta La Visera para hacer su negocio y lo consiguió. El 0-0 del final mantiene al "Albinegro" como único puntero de la zona 1, pero ahora Santamarina, que derrotó a Huracán de Comodoro (2-0), se le puso a una unidad.

Cipolletti largó el partido dormido y terminó la primera parte de la misma forma. Los primeros 15 minutos fueron de un Rivadavia que copó la mitad del juego, que movió el balón con criterio y que le cortó el circuito futbolístico al local. La primera fue para la visita, pasados los 14, cuando quedó boyando un balón sin dueño y Besel definió mal.

Con el correr del reloj el equipo de Perilli emparejó las acciones y se hizo de la pelota, pero sus movimientos fueron previsibles, sobre todo porque no llevó peligro por los costados. Con el juego centralizado, el que tuvo las más claras de "Cipo" fue Orlando Porra, que levantó el "uh" de la gente con dos o tres disparos bárbaros, uno de ellos al estrellarse en el palo.

Las dudas locales volvieron a sobrevolar en los últimos diez, primero cuando López Carrillo intentó salir jugando adentro del área y esa osadía casi acaba en un gol de Gonzalo Sepúlveda, de no ser por la buena reacción de Ruiz. El "Oreja" también salvó su arco a los 40 y a los 43, cuando en una contra Schiavi metió un bombazo al travesaño, Besel la cabeceó y el "1" respondió.

El local ilusionó a su escasa parcialidad en los primeros 10 del complemento, con un disparo de Porra y un cabezazo de Ibáñez que pegó en el travesaño. Sólo fue eso. Rivadavia se cerró bien, afirmó su medio y el "Albinegro" quedó atrapado, sin encontrarle la vuelta a ese cerrojo.

Perilli lo buscó con el ingreso de Prieto y hasta sacó a Weisser para meter a Dómini e intentar lastimar más por los carriles.  Nada dio resultado y para colmo, cuando corría el minuto 44, Pablo Costi se elevó por sobre todos y metió un frentazo que alcanzó a manotear Beltramella, pegó en uno de los palos y se fue. Estaba firmada: no era la noche de "Cipo".



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