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LA MESETA PATAGÓNICA VISTA DESDE ARRIBA DEL TREN

Los paisajes de la meseta patagónica y de las primeras estribaciones montañosas de la cordillera, que se ofrecen en un sorprendente espectáculo natural a los costados del ramal ferroviario que une a Viedma con Bariloche, fueron captados por los ojos y la cámara de la fotógrafa viedmense Hebe Medrano.
La muestra "Desde el tren" reúne 47 imágenes tomadas a través de las ventanillas con el convoy en movimiento o en las breves detenciones en las estaciones; lo que está reflejado en los contraluces e intencionados "fueras de foco" como una apropiada ilustración del recorrido de casi 800 kilómetros.
Valcheta, Sierra Colorada, Los Menucos, Maquinchao, Jacobacci, Clemente Onelli, Comallo y otros pequeños pueblos rionegrinos fundados a la vera del riel, se reconocen en las fotos; y cada cuadro cuenta una pequeña historia.
Hebe es docente jubilada y comenzó su trayectoria de fotógrafa artística en 1987; al año siguiente tuvo su primera participación en un salón nacional, en Bahía Blanca, en donde obtuvo un segundo premio, y de allí en más logró una docena de distinciones de diverso tipo en distintas categorías.
"Esta es la primera exposición con una unidad temática porque me pareció que la riqueza del paisaje geográfico y humano, de la línea sur, merecían este enfoque para descubrir lo que está adentro y lo que queda afuera del tren”, le dijo a Télam.
Como viaja periódicamente a Bariloche por razones familiares, lleva siempre su cámara lista para disparar, acompañada por su mirada atenta.
Las fotos de la exposición son el resultado de varios viajes y comentó al respecto que "es imposible en un solo paso reunir todas las imágenes, porque es muy variado y disperso el producto visual que se nos ofrece".
Recordó que "las primeras fotos, cuando todavía no tenía la idea de una muestra, fueron tres tomas de los cielos de Pilcaniyeu, porque las formas de esas nubes me sorprendieron al aparecer detrás de la ventanilla".
"Es muy cierto aquello de que la fotografía es el arte de captar un momento único e irrepetible, y posiblemente el efecto de la luz y la nubosidad de ese amanecer ya no volvieron a conjugarse nunca más”, agregó.
En viajes posteriores Medrano siguió tomando fotos del paisaje y de la gente, "hasta que un día algo hizo un 'clik', como el disparador de la cámara, y pensé que una buena parte de ese material tenía que mostrarlo en público".
"Me detuve muchas veces sobre los viajeros del tren, los rostros y las actitudes de los pobladores de la región, el personal ferroviario y los mozos del comedor, porque ellos son los protagonistas permanentes del viaje”, apuntó después. (Telam)

 



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