" Más inversiones. Antonio Orsero, de Savona, es heredero -junto con su hermana Raffaella- de un imperio de la distribución hortofrutícola con 866 millones de euros de facturación consolidada. Sus últimas adquisiciones en la región fueron Moño Azul y Liguori, pero los intereses de la familia Orsero no terminan aquí: Antonio está al frente de un grupo que se lanzó a muchos otros negocios, algunos más ligados al mundo de la distribución y otros que van más allá. Reciente, por ejemplo, fue la adquisición del interpuesto de Vado Ligure y la intención de multiplicar este tipo de inversión en la logística. También hay que enumerar las actividades edilicias, la compraventa inmobiliaria y las inversiones en el campo de las compañías marítimas. La inversión más curiosa (pero éste es un punto comprensible) que Antonio Orsero se ha propuesto es el desarrollo del pequeño aeropuerto de Villanova de Albenga: la familia ha avanzado en el propósito de obtenerlo. "Realmente no se necesita apuntar a los grandes números: esta terminal de aviones no se convertirá en Malpensa (aeropuerto de Milán); quedará siempre como un pequeño aeropuerto", confió a un importante diario italiano.

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" Preocupación. Los anuncios del secretario Cheppi sobre el manejo de los potenciales fondos que se orientarán al sector frutícola no cayeron bien entre los empresarios regionales. Según se supo, el dominio de ese dinero correrá por cuenta de la Funbapa y el temor de los ejecutivos es que sean usados para aumentar la burocracia estatal. "Primero hay que ver si las promesas se cumplen y después, si los fondos llegan adonde tienen que llegar", confió con escepticismo uno de los empresarios ligados a la cámara empresarial.