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100 años del diario \"Neuquén\"

Pocos cientos de habitantes, casi la mitad extranjeros, y la balsa en el río Neuquén que hacía funcionar Celestino Dell'Anna con su ramos generales y fonda "Bella Vista", posta obligada para transeúntes y punto de reunión vecinal. El puente ferroviario, prodigio técnico constructivo inglés, también servía como peatonal entre la reciente capital neuquina y gente de la vecina Colonia Lucinda en la rionegrina estación ferroviaria que se conoció como kilómetro 1240 y "Parada Limay". José Edelman -gobierno territoriano de Eduardo Elordi- instaló en 1906 la primera librería en el pueblo de la Confluencia Oeste y la completó con imprenta, en tiempos en que la minerva era reina de "burros", tipografía móvil, guillotina a palanca y tinta importada, cuadro artístico que inspirara Gutemberg, con única resonancia patagónica en Viedma-Patagones y la colonia galesa en Chubut. Años antes, con la primera imprenta y periódico en Chos Malal, inicial capital del territorio.

Luego de haber estado en Chos Malal como empleado del Correo, el cordobés Abel Chaneton (1877) se trasladó a la Confluencia Oeste por 1904. Autodidacta, era "de mediana estatura, espigado, ágil y movedizo, poseía un espíritu inquieto, con ribetes románticos, sensible y abierto a todas las manifestaciones y una extraordinaria intuición de los problemas del medio en que le tocó actuar" (Ríos, C. A., 1973). No encontramos documentación cierta de cuál de los dos, Edelman o Chaneton, fue el de la idea, pero sí de que Chaneton tendría la dirección y parte periodística y Edelman brindaba la imprenta y administración. Así nació el periódico "Neuquén", el 7 de noviembre de 1908 -hace 100 años-, con igual nombre que el anterior que aparecía bimensualmente en Chos Malal en 1893, dirigido por José Cámpora. Lámparas a querosén y velas, el medio lumínico preponderante en el vecindario que desde hacía apenas cuatro años lucía el sello de capital territorial. Inicialmente, el tiraje fue de 300 ejemplares. En la celebración "se hicieron disparos de bombas y, para festejar el acontecimiento, los iniciadores convidaron con un asado a la criolla".

Era el primer y único medio periodístico del lugar. En los inicios, "una construcción de chapas de zinc de la calle Mitre, luego en la avenida Argentina esquina Río Colorado (hoy Carlos H. Rodríguez)". Chaneton pasó a liderar la "Unión Vecinal". Poco después apareció la segunda imprenta, adquirida por Manuel Linares, que comandaba la "Unión Popular", los dos partidos municipales que asomaban alrededor de la regia estación ferroviaria inglesa. Hasta julio de 1908 Abel Chaneton había sido presidente de la comisión municipal y, luego de las elecciones de marzo de 1911, resultó electo presidente del Concejo Municipal. De este modo pasó a ser gravitante vecino, y más con su actuación periodística.

Los habitantes de los territorios nacionales no podían participar en las elecciones nacionales para presidente, senadores y diputados y solamente cuando llegaban a determinado número de habitantes, en elecciones locales. Fue una de las luchas reclamantes del "Neuquén": "Siendo el pueblo de los territorios una parte del pueblo soberano de la República, debe estar en igualdad de condiciones representado en el Congreso" (23/9/1915). Y, el 10 de noviembre del mismo año: "Lo que no está consignado en la Constitución argentina es que existe una categoría de ciudadanos para los cuales no rezan sus sabias prescripciones. Éstos son los malditos, los desposeídos de los derechos políticos, por haber tenido la audacia de poblar o la desgracia de nacer en las colonias conocidas en la jerga oficial con el nombre de 'territorios nacionales'. Nadie podrá desmentirnos, los territoriales no son iguales ante la ley ni personal ni colectivamente frente a los privilegiados habitantes de las provincias y de la capital federal". Ése y otros temas -locales y nacionales- formaban parte de la línea editorial del "Neuquén".

El hijo de José Edelman, Ángel, recordaba en 1949 que "El periódico tuvo muy buena acogida, ganando rápidamente popularidad y prestigio, tanto aquí (Neuquén) como en el interior del territorio, donde no había ningún otro órgano de publicidad. Para imprimirlo en un formato mayor del que permitía la minerva, mi padre había comprado y empleaba por entonces una prensa primitiva tipo Gutemberg, de entintado a rodillo de mano y palanca de presión a brazo...". El "Neuquén" progresó y desde el 1 de setiembre de 1913 comenzó a aparecer diariamente menos los domingos, pero antes, el 15 de noviembre de 1912, el periódico roquense "Río Negro", fundado (1912) y dirigido por Fernando Emilio Rajneri, daba noticia de su colega así: "El 10 del actual ha entrado en su quinto año de vida nuestro colega 'Neuquén', del vecino territorio del mismo nombre. Con ese motivo escribe el bien conceptuado colega el párrafo que entresacamos. 'Puños crispados en tensión en lo alto y manos abiertas saludan cada amanecer del héroe. Aunque no podemos jactarnos de esta síntesis de super-valor humano, estamos seguros de que en este día la aparición de nuestra loriga de gala así será saludada. Lo felicitamos y retribuimos, amablemente, su saludo" (sic).

Pero la noche del jueves 18 de enero de 1917 cambiaron los tiempos del "Neuquén": un balazo criminal terminó con la vida de Abel Chaneton. La tinta de "su diario" absorbía las amenazas de muerte por parte de Carlos Palacios, propietario de "El Regional" (Allen, Río Negro), muerto también en aquella trágica noche neuquina. El motivo: la prédica diaria de Chaneton en "Neuquén" en aras del esclarecimiento de los fusilamientos, en Zainuco, de ocho fugados de la cárcel de Neuquén, denuncias que afectaban al gobierno de Elordi y a parte de sus policías, autores de la matanza cordillerana -hechos muy conocidos que omitimos relatar-.

Estuvieron a cargo de Fernando Rajneri, director del "Río Negro", el recuerdo y la despedida del colega del "Neuquén". Escribió: "Estimado por sus virtudes caballerescas, admirado con entusiasmo por el brío y la pujanza desplegados en sus campañas periodísticas, el señor Chanetón era el predilecto de las simpatías populares y el hombre cariñosamente respetado por la gente honesta del territorio. Es necesario decirlo, en honor de la verdad, el señor Chanetón pudo constituir una pesadilla para los malvados, para los prepotentes, para las autoridades descarriadas, pero jamás para el poblador pacífico y laborioso que halló siempre en él un defensor decidido de los derechos y garantías".

Luego de la muerte de Chaneton continuaron con la dirección y redacción Cesáreo Fernández Pereiro y Juan B. Aranguren. "Neuquén" también fue dirigido por Enrique Barrientos, "actuando a su frente algunos que alcanzaron destacadas posiciones en el periodismo y las letras, tales como el escritor Jorge Alfredo Luque Lobos, Reinaldo Perrotto, Carmelo Santiago y Gil Dubinsky, cabiendo mencionar asimismo a Gerardo Romano, José Ferro y más tarde Martín Etcheluz, Marcelo Napal, Arturo J. Ortiz y otros, hasta que lo retomaron los hijos de Chanetón, dirigiéndolo Alejandro y Juan Carlos. Tras unos años de interrupción, reapareció por un tiempo como semanario (desde octubre de 1946) dirigido por Julio César Chanetón y colaborando sus hermanos Juan Carlos y Alberto" (sic).

 

(*) Periodista. Investigador de historia patagónica

 

Bibliografía y fuentes principales: Ríos C. A.: "Historia" (RJEHN), 1973. Revista "Por siempre Neuquén", 1998. Gehiso (varios), "Neuquén, 100 años", 2004. Prislei, L. y otros: "Pasiones", 2001. "Neumann y Cía. 9 lustros", 1949, y "Neuquén, 50 años", 1954. Bandieri, S. y otros: "Historia de (del) Neuquén", 1993. CALF: "Neuquén, un siglo de historia", 1983. Chaneton, J. C.: "Zainuco", 1993. Edelman, A.: "Recuerdos", 1954. Rodríguez, D.: "Neuquén, 75 años", 1979. Nicoletti, M. A. y Navarro Floria, P.: "Confluencias", 2000. Diario "Río Negro": álbum 85 años y varias notas. II Congreso Regional de Historia (varios), 2001. Pérez Morando, H.: "1916, Zainuco", 1992; "Recordando", 1993; "Zainuco", 2006 y "La muerte", 2007. UNC (FH): "Revista de Historia" Nº 4, 1994; Nº 5, 1995; Nº 6, 1996 y Nº 7, 1997/98. Ministerio del Interior: "La investigación", 1917. Archivo del diario "Río Negro", Biblioteca Patagónica (Vech) y otros.

HÉCTOR PÉREZ MORANDO (*)



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