Sandro Alessi llegó al autódromo roquense sabiendo que una buena cosecha de puntos lo dejaba a las puertas del título. Tal vez, no se imaginó que sería tan contundente en la séptima y penúltima fecha del certamen. Al comando de un Chevrolet que fue una maravilla arrasó con todo y se metió en la historia del TC Neuquino, al consagrarse campeón. Alessi y otros cuatro pilotos tenían hasta ayer posibilidades de pelear por el título, tal vez hasta el cierre del certamen en Cutral Co. Pero, desde el pasado sábado en la clasificación Alessi demostró que no tenía la menor intención de especular con la diferencia de puntos con la que llegó a Roca. Hizo la “pole” en la clasificación, donde relegó a todos los que querían arruinarle su consagración. Ayer ratificó el potencial de su auto en la prueba clasificatoria, donde relegó a Mario A. Villanueva, Juan M. Trasarti y Juan D. Lescano, mientras que abandonaba Daniel Battistuzzi, perdiendo la última posibilidad de retener el título. En la final, Alessi era el rival a vencer, salvo que la prueba se hiciera de trámite friccionado y decidiera levantar pensando en el certamen. Alessi largó limpio y atrás se armó un revuelo bárbaro, del que escaparon Villanueva y Trasarti, también Battistuzzi avanzando desde el fondo, mientras que abandonó Lescano, con el motor roto. Esta vez la categoría, a pesar que casi duplicó la cantidad de participantes, no entregó una final emotiva por la gran diferencia que Alessi le sacó a sus rivales. Villanueva y Trasarti se tuvieron que conformar con seguirlos a distancia al flamante campeón. Atrás, se lució el reaparecido Martín Arabarco, cuarto a puro manejo, y también fue bueno lo de Battistuzzi, quien largó desde el fondo y terminó quinto, aunque no le alcanzó para impedir la conquista de Alessi. Otra vez demoras El TC Neuquino mostró una recuperación de la mano de Pablo Saladino, que se reflejó en cantidad de participantes, como también en una buena respuesta de aficionados. Pero hay cosas que no se pueden desterrar. Por caso, la falta de cumplimiento de los horarios de la programación, algo que tiene que ver no con la dirigencia de la categoría, sino con los encargados de la fiscalización. Esta vez la demora no fue tan grande como en presentaciones anteriores en el autódromo roquense o en Cutral Co, pero por una cosa o por otra siem-pre se termina estirando la programación más de lo aconsejable, con los inconvenientes que suele ocasionar. Ayer la final del TC Neuquino se había programado para las 14:40. A esa hora recién estaba terminando la final de la Clase 2, y todavía faltaba salir a pista la Clase 3. Primero, las demoras son comunes y por diversos factores, pero se pueden recuperar cuando hay ganas, o buena voluntad. No hace falta tener en la calle de boxes a las diferentes categorías tanto tiempo, mientras se libera la pista. Cuando retiran los autos abandonados, bien se podría estar acomodando en la grilla a otras. Y algo para tener en cuenta en circuitos como el de Roca. Es un despropósito que divisiones como las del Turismo Neuquino disputen sus finales a 12 y 16 giros, cuando los autos no se bancan más de 10 o 12. Eso también ayuda a reducir la extensión de los espectáculos.
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