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LA SEMANA

La solicitada que salió esta semana apoyada por una amplia franja de neuquinos, manifestando al gobernador Sapag su malestar y preocupación por los hechos de violencia e ilícitos avalados desde el Ejecutivo, marca un quiebre en las relaciones del gobierno con una parte muy importante de la sociedad. Los acontecimientos en la zona de Confluencia, donde un grupo de personas tomó por la fuerza tierras para luego reclamarlas como propias y allí construir sus viviendas, sumados a las marchas y contramarchas de los funcionarios generan preocupación. No caben dudas de que la convivencia no está pasando por su mejor momento. Está la percepción de que la comunidad neuquina comienza a partirse en dos y el Estado provincial no encuentra la forma de sostener la paz social.



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