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La bronca volvió al hall

Tras la derrota, ningún jugador de River, a excepción de Paulo Ferrari, dio la cara. Primero salieron los más chicos, Mauro Díaz y Andrés Ríos. Mirada al piso, derecho al estacionamiento. Después fue el turno de Augusto Fernández. Salieron Gustavo Cabral, Sebastián Abreu (acompañó al plantel) y Diego Buonanotte. Silencio.

Paulo Ferrari fue el único que frenó ante la insistencia de los periodistas: "Es lógico que la gente esté enojada", tiró, autocrítico. El resto salió "por el otro lado", según contaron los encargados de la seguridad del equipo, y esquivaron a las cámaras.

Durante el partido la gente hirvió. "Jugadores... la c... de su madre, a ver si ponen huevos...", fue el grito de guerra más duro. Con la derrota consumada un centenar de hinchas se juntaron en el hall del club. "Se va a acabar, la dictadura de Aguilar", y el clásico "Orteeeega... Orteeeega...", fueron los hits de la bronca.



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