El español Fernando Alonso ganó ayer la primera prueba nocturna en la historia de la Fórmula 1 al aprovechar un golpe de suerte en el Gran Premio de Singapur, donde largó desde la décimoquinta posición y había anticipado que no tenía ninguna posibilidad de victoria.

El alemán Nico Rosberg, de la escudería Williams, finalizó segundo y el británico Lewis Hamilton, con McLaren-Mercedes Benz, llegó tercero.

El brasileño Felipe Massa, cuya Ferrari partió de la "pole", dio un paso atrás en sus aspiraciones al título al terminar 13, lo que lo deja a siete puntos del líder Hamilton, cuando restan tres fechas para el final.

Massa lideró con comodidad la primera parte de la prueba, que dio un giro total en la vuelta 15, cuando un accidente del brasileño Nelson Piquet Jr., quien salió ileso, obligó a salir al auto de seguridad y debieron barajar de nuevo las cartas.

Alonso, quien el pasado sábado había dado por "perdida" la prueba después de quedarse parado en la clasificación, fue el más beneficiado .

El español había entrado a boxes justo antes de la salida del auto de seguridad, cuya presencia en pista llenó de nervios a muchos de los pilotos, que para entonces iban ya muy justos de combustible.

El polaco Robert Kubica y el alemán Nico Rosberg no pudieron esperar y entraron a repostar cuando los boxes estaba cerrado, lo que les acarreó posteriormente una sanción de "stop and go".

Peor aún fue lo que le sucedió a Massa,

quien aunque entró a boxes cuando estaba permitido, fue víctima de un error de precipitación de su equipo, que le puso el semáforo en verde para salir antes de tiempo y provocó que el piloto se llevara la manguera de repostaje incrustada.

El brasileño tuvo que esperar detenido al final del "pit lane" a que sus mecánicos llegaran para quitarle el tubo de combustible, pero fue sancionado luego por causar peligro durante su parada.

El desastre de Ferrari se completó en los últimos giros de la prueba, cuando el finlandés Kimi Raikkonen estrelló su auto contra el muro de contención.