" Rusia I. Las noticias corrieron como reguero de pólvora. Mientras la mayor parte de los empresarios regionales ligados a la actividad frutícola disfrutaba del magnífico y delicado sol de otoño de la ciudad de Moscú en el reconocido restaurante de pastas italianas ubicado en el exclusivo barrio Kitay-Górod, el mismo donde está la Plaza Roja de la ciudad, en el Valle los pocos que habían quedado recibían el "paper" con las noticias de Serguei Dankvert, el hombre malo de la película y actual director del servicio fitosanitario de la Federación Rusa.

Los ejecutivos que estaban participando en una nueva edición de la World Food Moscow, una de las ferias de alimentos más importantes del globo, pedían desesperadamente información adicional por lo que estaban leyendo a través de "Río Negro on-line" sobre el cierre de la frontera del mercado ruso para las frutas argentinas. Muchos de ellos tenían pactadas reuniones con los importadores de ese país y temían lo peor.

Por fuentes que participaron en el evento se supo que todo fue muy confuso. Nadie quería hablar de más ni hacer suposiciones sobre el futuro del comercio con los operadores rusos para no generar una situación de pánico que endureciera las negociaciones para la próxima temporada. "Esto es tener mala leche -decía con preocupación uno de los ejecutivos argentinos que asistieron a la feria-. Justo cuando nos tenemos que sentar a conversar sobre la próxima temporada nos llega esta noticia", remarcaba. La preocupación de los empresarios regionales pasa por la posibilidad de que los importadores dejen de lado la modalidad de adelantar "cash" por temor a que luego la fruta no pueda entrar en el mercado. Otros lo tomaron con algo más de humor: "Son cabrones... no se bancaron que Del Potro los dejara afuera de la final de la Davis", destacaba uno de los empresarios mientras corregía su peinado ante un espejo mientras esperaba a las puertas del ascensor del hotel del piso de su habitación, listo para enfrentar minutos después las negociaciones con los azerbaiyanos.

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" Rusia II. La reunión que mantuvieron el martes el sector privado y los referentes del sector público en el Salón Verde de la Cancillería por el tema Rusia tampoco fue de lo más amable. Por parte del Estado estaban, entre otros, Carlos Casamiquela (Senasa), su grupo de asesores y Alfredo Chiaradía (Cancillería) y por el lado del sector privado, referentes de CAFI, de Federcitrus y de la Corporación Vinícola, además de asesores.

Los cruces surgieron por las propuestas encontradas entre Cancillería y el Senasa. Fuentes que participaron en esa reunión señalaron que el secretario de Comercio y Relaciones Económicas Internacionales, embajador Alfredo Chiaradía, preguntaba cuál era el inconveniente de firmar el memorándum de entendimiento si la mayor parte de los proveedores de frutas de la Federación Rusa ya lo había hecho. Pero Casamiquela se oponía a esta postura asegurando que era necesario agotar las instancias de negociación ya que el Senasa no podía firmar algo imposible de cumplir por el sector privado.

Desde Cancillería se habría insistido: "Por lo que tengo entendido, y por favor corríjanme si no es así, la Unión Europea firmó en marzo de este año el memorándum con la Federación Rusa y ellos tampoco están en condiciones de cumplirlo". Casamiquela lo interrumpió intentando retomar la iniciativa de la reunión y dejando entrever que seguirá adelante con las negociaciones independientemente de los consejos que aporte Cancillería. "Se pedirá una prórroga provisoria por 90 ó 120 días y que no se limiten los ingresos de frutas frescas de la Argentina. En principio es esencial preservar la mercadería que está en viaje. Eso es lo que debemos exigir. Luego se negociará en los términos del párrafo 4º de la nota enviada por Rusia", convalidó los dichos de Casamiquela uno de sus asesores.