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El azote de la sequía

En la región se estiman pérdidas por 140 millones de pesos. Toda ayuda sirve, pero la única solución la traería la lluvia.

El suelo resquebrajado y duro como suela de zapato anula los esfuerzos de años y distorsiona cualquier tipo de planificación.

Los efectos de la sequía están causando un cuádruple perjuicio: los campos son como una fábrica que anda a los tumbos, los dueños malvendieron el stock (los terneros) y luego la materia prima (las madres), se despidió a los empleados (obreros rurales) y ahora hay riesgo de que se entreguen las máquinas o se cierren las persianas (abandono de campos).

Las pérdidas alcanzan los 140 millones de pesos, unas 70.000 cabezas bovinas migraron al norte como producto de remates compulsivos y se cree que la mortandad podría rondar las 10.000 cabezas.

La ausencia de precipitaciones rozó también a la producción ovina. El momento desfavorable sólo deja datos aislados como el de un campo ubicado en cercanías de San Antonio Oeste que en abril reunía 2.100 ovinos y al momento de la esquila, días pasados, apenas 1.600 llegaron a las tijeras.

Mediados de octubre sería un momento clave para muchos. Un perfil individual, el del dirigente ruralista Víctor Ayestarán, describe el escenario: está alimentando forzadamente a su ganado a base de alfalfa que traslada de un centro de acopio hacia su campo de secano del departamento Adolfo Alsina y a propio riesgo, sin horizonte a la vista. Si el "Tata Dios" no le envía un alud de agua desde arriba, anunció que liquidará todo el plantel. "Y la carne la vamos a pagar a 50 pesos el kilo", sentenció.

Los espejos de polvorienta tierra que suplantaron a los tajamares (pequeños reservorios cavados ex profeso para juntar agua de lluvia) se preparan para impactar de lleno en las decisiones institucionales. En visión panorámica, Río Negro evalúa solicitar a la Nación la postergación -hasta el año próximo- del operativo de vacunación antiaftósica. A los animales la endeblez ni siquiera les permite entrar en una manga para recibir la inyección.

El clima seco frenó todo brío que pudiera sostener una exposición rural. Por caso, las entidades del sector de Viedma y Patagones decidieron suspender por este año la muestra programada para fines de octubre.

Río Negro y la Nación rompieron el "chanchito" aportando 10 millones de pesos en subsidios, créditos y la constitución de centros de acopio de forrajes en Viedma, General Conesa, Choele Choel y Río Colorado. Pero parece que el paliativo no alcanza.

A Cristina la esperan con alfombra roja, pues se implora que cuando visite la provincia -el 14 de octubre próximo- formule algún otro anuncio que prolongue la agonía.

"Tenemos un panorama complicado, la situación se agudiza día a día, los campos se están vaciando y hay personal que dejó de trabajar", reflexionó el secretario de Producción, Daniel Lavayén.

Insistió en que "podemos esbozar -y de hecho lo estamos haciendo- numerosas medidas, pero el circuito productivo sólo se recompone si empieza a llover copiosamente como para que crezcan los pastizales naturales que sirvan para el engorde de la hacienda".

En todo este tiempo se buscó que la situación se hiciera un poco más llevadera con exenciones impositivas en tributos provinciales y nacionales. Al menos desde ese aspecto el año estará cubierto.

Las autoridades de turno atinan a constatar el desastre y declarar la emergencia en la zona, pero esto no constituye una solución integral y definitiva. Después de cierto tiempo los ciclos se repetirán en forma indefectible, aunque no se sabe qué quedará para conservar.

 

 

ENRIQUE CAMINO

rnredaccionviedma@yahoo.com.ar



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