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Diario íntimo de Idea Vilariño

Una memoria repartida en diarios íntimos, testimonios, cuadernos, cartas y fotografías resuena en las páginas de un libro- álbum de la poeta uruguaya Idea Vilariño "La vida escrita", que acaba de distribuirse en librerías de Buenos Aires.

Trascendiendo el mero espacio biográfico, el libro publicado por la editorial uruguaya Cal y Canto conjuga el registro de imágenes sugerentes en una valoración múltiple de ensayos, entrevistas y textos diversos que alumbran la obra de una de las poetas vivas más relevantes de la poesía hispana.

Concurren en "La vida escrita", además de los textos de Idea, diversos escritores y críticos, entre ellos Eduardo Galeano, Hugo Achugar, Mario Benedetti, Elena Poniatowska, Juan Gelman y Ana Inés Larre Borges, esta última editora de Cal y Canto y responsable del libro.

El volumen bien podría tomarse como homenaje a 50 años de publicados sus "Poemas de amor": "El tipo de homenaje que injustamente se tributa a los grandes poetas cuando mueren, quisimos hacerlo antes. Además de homenaje es testimonio, cosas antes no dichas", comenta Larre Borges en diálogo con Télam.

El título "La vida escrita" -registro iconográfico y autobiografía- da idea de cruce de escritura y vida: "En una carta, Emir Rodríguez Monegal le dice a Idea que sus poemas perdurarán no por la técnica ni la felicidad de las imágenes, sino porque muestran 'la persona que usted es' y que sólo por serlo pudo escribirlos".

"Este libro -expresa Larre Borges- es un poco sacrílego porque vuelve presente el tiempo de Idea, las circunstancias que dieron lugar a los poemas, su historia".

Esa constelación de materiales funciona como el "costado iluminado" de sus poemas. La gran poesía nace de circunstancias precisas, experiencias personales, historia y tiempo pero, precisamente porque es gran poesía, olvida todo eso y como lo olvida permite que cada vez que alguien lee un poema sienta que sobre distancias, tiempo, circunstancias habla de él, del lector.

"La vida escrita", al recuperar un murmullo que circula en papeles, ¿devela una intensidad secreta?: "Sí -dice la compiladora- mientras lo hacíamos le decía a Idea: tiene gusto a poco. Algún día se publicarán sus diarios y correspon

dencia completos. El libro parece una culminación, pero es siempre un inicio. Si alguien lo lee, querrá ir a los poemas. Es una promesa, una invitación a descubrir".

A Idea se la vincula siempre al poema de amor. "Bueno, muchos nos enamoramos y desenamoramos con sus poemas. Es inevitable. Tiene ese raro privilegio hoy de no ser una poeta de poetas. Ellos la admiran, la respetan, pero ella escribe por todos".

No cabe duda de que en esta obra el amor es un núcleo fundamental. Ella misma señala que en el amor está en juego "la potencia total del ser".

Según Larre Borges: "Idea escribe del amor pasión y su efímera intensidad, por eso toca los límites y la angustia; puede decir el éxtasis, no la paz. La paz sólo la encuentra, a veces, en el paisaje, en el mar".

En la relación amorosa entre la poeta y el narrador Juan Carlos Onetti subyace un tema que les es común: la soledad, el desamparo, esa "sed de absoluto que se sabe perdida". "Son unos escépticos sin remedio; escritores nihilistas y, a la vez, profundamente morales, sombríos, desesperados. Y ambos, tal vez a consecuencia de todo eso, en el amor, unos jugadores de póquer", compara Larre Borges.

Por último, la ensayista habla del erotismo en esta poesía: "Se ha dicho que fue audaz para su época: aquel verso 'un pañuelo con sangre semen lágrimas'. Yo diría que sigue siéndolo aún hoy. La veo en la línea de las grandes poetas del eros sombrío, como Delmira Agustini, la audacia está en que el deseo no espera, toma".

Y concluye el tema: "Perturba porque no termina en el cuerpo, llama al amor, le exige todo. 'Te estoy llamando amor, como a la muerte', eso nada menos".

Por su parte la indagación existencial de Vilariño tiene que ver con un viaje a Francia en los '50 y la frecuentación de obras de Sartre y Simone de Beauvoir.

"Idea se forma bajo el signo del existencialismo y su primera colaboración en Marcha es una traducción de Simone de Beauvoir, luego opina sobre Sartre. Esa influencia la hizo una intelectual al mismo tiempo que una poeta. Cuando va a París ya era una existencialista, hasta su imagen con la gabardina negra lo muestra. Creo que lo sigue siendo".

Las claves de la poética de Idea, que son sus obsesiones, la crítica uruguaya las resume así: "Sólo la intensidad y la verdad pueden salvar algo en un mundo fútil, sin ninguna esperanza.

A eso, a no mentirse y a vivir sin concesiones creo que Idea ha ofrendado su vida y sus versos y la manera antirretórica y el laconismo con que administró cada palabra, cada edición y también cada silencio".

En palabras de la propia poeta, ella escribe siempre al borde: "En el colmo del dolor o la desesperanza", motorizada por los opuestos: escepticismo y pasión, una vida entre el "siempre" y la mentira. (Télam)

 

JORGE BOCCANERA



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