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Las seņales del gobierno no generan credibilidad | ||
El anuncio del pago de la deuda total que mantiene el país con el Club de París no suscitó las expectativas deseadas entre los operadores e inversores del mercado. |
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El gobierno anunció esta semana el pago total de la deuda que mantenía con el Club de París. Una medida necesaria pero no determinante para cambiar el ánimo de los inversores. Esto quedó demostrado en la evolución de los principales termómetros de la expectativa de los mercados: la bolsa de comercio y los bonos. Ambos indicadores generales se desplomaron 72 horas después del anuncio oficial. A este escenario, se le agregan ahora la inestabilidad financiera internacional y la caída de los precios de los commodities, lo que podría llegar a complicar aún más el escenario económico de la Argentina a partir del último trimestre del año. Esto es sinónimo de un mayor gasto público para el próximo año, buscando una mejora en la imagen de CFK en el electorado. Cuál es la causa de esta anomia hacia la Argentina por parte del resto del mundo? Varias son las respuestas a este interrogante. * El gobierno insiste en los golpes de efecto para intentar cambiar el humor de los mercados. Más de lo mismo: maquillaje con discurso progresista para no cambiar la esencia. * Todo desendeudamiento es positivo para el país. Pero la realidad muestra que lo que movilizó al gobierno a tomar esta decisión no fue la voluntad de pago como muestra de un cambio de rumbo sobre lo que venían haciendo hasta ahora sino sencillamente que no querían negociar con los organismos internacionales medidas que pudiesen comprometer la evolución de las partidas presupuestarias para este y el próximo año. Y menos aún en un 2009 electoral. * El gobierno no es que no quiera negociar: no puede. Los operadores especulan que para el gobierno sentarse hoy con organismos internacionales a analizar el presupuesto generaría más incertidumbre sobre los inversores. ¿Cómo explicar el fraude que el INDEC está haciendo a los tenedores de bonos argentinos? ¿Cómo entender los masivos fondos destinados a subsidiar a las empresas pri vadas? ¿Cómo justificar el fuerte incremento del gasto en un año electoral? No hay forma de dar una explicación racional a estos desvíos. * Para el gobierno es más fácil pagar sus deudas y de esta manera no entrar en negociaciones irritantes. No está hoy en la lógica del poder del matrimonio K reunirse a conversar en esas condiciones. * Para aquellos que entienden de gestión de deuda y financiamiento interna cional, los anuncios oficiales se realizaron en forma poco convincente. Se dio a conocer una medida triunfalista, aplau dida estoicamente por todo el oficialismo, cuando en realidad era una necesidad. La decisión de cancelar toda la deuda con el Club de París se hizo en forma unilateral, no se conversó sobre lo que opinaban los acreedores acerca de este tema y eso ya está mostrando un conflicto con los números finales que se toman para computar el 100% de estos pasivos. * Los operadores dudan: cancelamos deuda que puede ser refinanciada al 4 ó 5% anual en dólares y mantenemos aquellas que paga tasas por encima del 15%. No hay ló gica en lo que hace el gobierno. Todos se preguntan dónde está el negocio. Dentro del gobierno, unos pocos lo saben . Jugadas todas ellas que resultan onerosas para el país y que se terminan diluyendo en los grandes números del presupuesto. * No se pueden seguir tomando medidas aisladas. Los inversores y operadores del mercado están exigiendo que el país elabore un plan integral para mostrar hacia dónde van la inflación, la deuda, los mercados, los precios e inversiones. Una medida aislada pierde el 50% de su efectividad. Dentro de un programa global, este porcentaje sube en forma importante. La pregunta del millón es: ¿tiene el gobierno un programa alternativo para poder sortear los desvíos de la economía? Allí están las dudas de los operadores e inversores. El matri monio K continúa preocupado por la caja, dejando en total libertad las variables macroeconómicas. Una bomba de tiempo. Eso también se ve desde el exterior.
MÁS DEUDA Y MÁS CARA Pese a las quitas de los pasivos realizados en forma unilateral una vez estabilizado el país después de la crisis posconvertibilidad y los sucesivos desendeudamientos realizados por el gobierno de la familia K, la deuda pública se mantiene -tanto en forma absoluta como en valores relativos- por encima de los niveles promedio de la década de los '90. ¿Por qué crece? Para hacer atractivo el canje de deuda, en los nuevos bonos los negociadores incluyeron cláusulas que constituyen una suerte de ajuste automático que hace crecer la deuda. De ahí el importante rol para la caja del gobierno que tiene Moreno en el control del INDEC. * El 41% de la deuda declarada al 9/07 está constituida por bonos emitidos en pesos, que pagan una tasa de interés fija del 2%, pero el capital se ajusta por CER. Este ajuste implica que por cada punto de inflación la deuda aumenta en unos 560 millones de dólares.
* Una buena parte de los bonos emitidos en moneda extranjera tienen sus cupones atados al crecimiento del PBI local. * Argentina sigue capitalizando intereses y los vencimientos de capital se refinancian. * El país se desendeudó de aquellos pasivos con tasas de interés bajas (FMI, 5%) y tomó nueva deuda a tasas altas (12 ó 15%). Todos estos son los factores que, en definitiva, terminan de definir las causas por las que la deuda pública del país se mantiene en niveles elevados y creciendo año tras año.
FALTA DE CREDIBILIDAD Para la revista “The Economist”, la Argentina enfrenta “un gran problema de credibilidad” que no logró revertir con la sorpresiva medida de cancelar la deuda con el Club de París. Según la publicación, el gesto “no será suficiente para restablecer la confianza en el gobierno” de Cristina Fernández de Kirchner. El semanario británico aconseja a la presidenta que, si realmente “quiere evitar la estanflación (recesión con inflación) que se avecina, deberá tomar medidas mucho más osadas”, entre las que menciona atender el pago a los tenedores de bonos, la revisión del mecanismo de control de precios, la eliminación de subsidios a la energía y el transporte y la dificultad de “no querer revelar” el mecanismo de medición de la inflación, al que califica de “mentira”. Sobre el pago en sí, “The Economist” refiere que el mecanismo de pagar con reservas toda la deuda y al contado “implica un alto costo de oportunidad”, ya que la Argentina podría haber ”fácilmente pagado la deuda a plazos” y evitarse pedir prestados fondos al gobierno de Venezuela a “una altísima tasa de interés del 15%”. “Cristina Fernández finalmente decidió encarrilar la economía de la Argentina. En un anuncio sorpresivo prometió pagar la deuda de su país con el Club de París. La medida debería contribuir a fomentar las inversiones extranjeras. Sin embargo, la medida en sí misma no será suficiente para restablecer la confianza en su gobierno”, dijo el semanario. La publicación recuerda que el Club de París pide habitualmente la intervención del FMI (al que llama “el chivo expiatorio de los Kirchner”) para otorgar reestructuraciones de deuda, ante quien “probablemente debería revelar cómo se calcula el índice oficial de inflación, que refleja sólo un tercio de la cifra real. La presidenta se niega a hacerlo”, dice. También “The Economist” se refiere al aumento del riesgo país, lo que endilga a una “equivocación” en la percepción del gobierno argentino, ya que probablemente “las deudas con el Club de París no estaban entre las mayores preocupaciones de los inversores”.
JAVIER LOJO |
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