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GASTOS

LOS INGRESOS EXTRAORDINARIOS QUE ESPERA SAPAG POCO TIENEN QUE VER CON LOS RECIBIDOS POR SOBISCH EN 1993.

Las cuentas fiscales neuquinas presentan un precario equilibrio.

Para este año, el gobierno estima cerrar el presupuesto con un déficit operativo cercano a los 400 millones de pesos.

No tiene mucho margen para actuar. Los gastos corrientes continúan presionando sobre la caja fiscal y las demandas salariales no cesan.

Sin embargo las expectativas de la mayor parte de la población, y de muchos de los funcionarios de la actual administración, están centradas en los aportes extraordinarios que recibirá la provincia por la anticipación de las prórrogas de las áreas hidrocarburíferas. Para muchos, estamos frente a una oportunidad similar a "las joyas de la abuela" que recibió en 1993 el entonces gobernador Jorge Sobisch.

Pese a que son pocos los datos que han trascendido de las negociaciones del gobernador Sapag con las empresas del sector, se supo que existen dos potenciales vías de ingresos que pueden llegar a la provincia de la mano del gas y el petróleo.
Una de ellas, de corto plazo, es el canon que pagarán en efectivo las firmas que hoy trabajan en las áreas asignadas y que pretenden prórrogas sobre las mismas una vez vencidas las respectivas concesiones.

Según fuentes de Hacienda de la provincia, se esperan ingresos extraordinarios por esta vía en torno a los 1.800 millones de pesos. Esta cifra, en principio, se entregaría en cuotas, las que irían de 6 a 18 meses en función de la empresa que se trate, el área de explotación y su producción,  y los niveles de inversión previstos por la firma adjudicataria.

La otra entrada de ingreso proyectada, de mediano plazo, llega de la mano de una mejora sobre los porcentajes de regalías que hoy cobra la provincia. Tal como se dio a conocer oportunamente por este medio, el gobierno de Sapag días atrás mantuvo conversaciones con las petroleras en las que dejaron trascender que, si el precio de corte para la venta de petróleo en el mercado interno pasa los 75 dólares el barril, las empresas estarían en condiciones de coparticipar esta ganancia elevando las regalías para las provincia al 15%. Esto, en principio, reflejaría un ingreso adicional para las arcas estatales del orden de los 300 millones de pesos al año. Pero éstos no serán ingresos inmediatos y las negociaciones no están del todo cerradas sobre este punto, ya que gran parte del acuerdo depende de la anuencia de la Nación (ver recuadro adjunto).

En definitiva, los números que amasa la administración Sapag y que pueden llegar a compensar los actuales desvíos presupuestarios son los 1.800 millones de pesos que llegarán del canon que, en teoría, acordaron pagar las empresas.
“Sin dudas que este ingreso de fondos ayudará a sostener equilibrado nuestro presupuesto, pero no es la salvación de nadie”, se sinceró un importante funcionario provincial al ser consultado por el tema.

Pero no todos piensan de esta misma manera. Muchos ministros, secretarios, intendentes y hasta los gremios esperan la llegada de estos fondos para poder ejecutarlos en forma inmediata.

Ahora bien, mucho distan el actual escenario y los montos que percibirá la administración Sapag de aquellos ingresos extraordinarios que llegaron en 1993 –que se acercaban a los 800 millones de pesos– por regalías mal liquidadas de parte de la Nación.

Los gráficos adjuntos muestran que existe un abismo entre las transferencias que recibió el ex mandatario a principios de los ’90 y su relación con las erogaciones estatales y los posibles fondos a percibir por la administración Sapag con un presupuesto superior a los 5.200 millones de pesos.

Tomamos sólo tres datos para tener en cuenta:

* Recursos corrientes: en 1993 los ingresos extraordinarios representaban el 121% de este ítem. En el 2008, tomando los fondos a ingresar como un único pago y no en cuotas, estos recursos representan sólo 41%.

* Gatos corrientes: en 1993 representaron el 105%, mientras que en el 2008 el 45%.

* Masa salarial: también aquí se ven notables diferencias. Los ingresos extras percibidos por regalías mal liquidadas representaban casi dos veces la masa salarial consolidada en 1993. Hoy, los fondos acordados sólo reflejan el 71% de esos recursos.

Toda esta estadística muestra, en definitiva, que los recursos extraordinarios que espera percibir la administración Sapag son importantes pero no determinantes para poder sortear la crítica tendencia que viene presentando el nivel del gasto en la provincia.

Las proyecciones oficiales detallan, en este sentido, que en sólo un año de gestión las erogaciones totales del Estado provincial treparan cerca de 1.200 millones de pesos. Estudios privados, por su parte, ponen de manifiesto que finalizado el 2008 los gastos crecerán en 1.500 millones de pesos.

Gran parte de la incidencia sobre este incremento proviene de la masa salarial a través de dos frentes: el aumento de haberes que registró la administración pública en estos últimos doce meses y el ingreso de personal a la planta del Estado durante la nueva gestión.

En la medida en que los gastos mantengan esta tendencia, no habrá fondos para poder compensar los desfasajes presupuestarios.

Por otra parte, las proyecciones sobre los ingresos no son las mejores. La recaudación propia sube pero por debajo de los niveles de inflación que presenta la provincia. La actividad petrolera en toda la cuenca neuquina comienza a resentirse; ya hay muchas empresas que paralizaron sus inversiones reorientándolas hacia otros países que no ponen trabas a su desarrollo. Las transferencias por coparticipación podrían dejar de crecer por el amesetamiento en el desarrollo de la economía a nivel nacional.

Todos datos que muestran, como mínimo, que el gobierno debería comenzar a trabajar con prudencia y pensar en desacelerar el nivel del gasto corriente para no profundizar los problemas presupuestarios que ya comienzan a aparecer.

JAVIER LOJO

jlojo@rionegro.com.ar



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