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Los que nos emocionaron
Una radiografía de lo mejor (y peor) que concretó Argentina en Pekín '08.

En un extremo y en el otro, el seleccionado de fútbol y la dupla Juan Curuchet-Walter Pérez se transformaron en los máximos ganadores argentinos de Pekín 2008, Juegos Olímpicos que ayer cerraron de manera majestuosa. ¿Qué coincidencias hay entre el superprofesionalizado plantel de Sergio Batista y los ahora afamados ciclistas? La perseverancia, obviamente, y el amor por la camiseta.

La reflexión exacta la dejó el legendario Curuchet, desde su experiencia y sus 43 años: "Yo le doy muchísimo valor también a la medalla lograda por el fútbol. Estuve en la cancha y vi que respetan mucho la camiseta. Son millonarios y podrían quedarse en su club, sin embargo los noté con hambre y ganas". En cambio los marplatenses, a fuerza de sudor y tozudez, sin más incentivos que el esfuerzo personal, también llegaron a la gloria. "He tenido muchas ofertas del exterior, para irme a Francia, España o Italia, pero mis amor por Argentina es más fuerte", completó la idea el veterano ciclista.

La faena argentina en Pekín fue muy similar a las de cuatro años atrás. La delegación nacional ganó dos oros y cuatro bronces, igual que en Atenas, aunque quedó cuatro escalones más arriba que la vez anterior, en el puesto 34. Estas dos semanas olímpicas comenzaron de la mejor forma, con un bronce de la pequeña yudoka Paula Pareto y se cerró con otro, el de la "Generación Dorada" del básquet (ver págs. 8-9) En el medio hubo muchas alegrías y frustraciones, la omnipresente presencia de Diego Maradona y la sensación de siempre: la ausencia de políticas deportivas (ver aparte).

La selección de fútbol cumplió con todas las expectativas y se subió nuevamente a lo más alto del podio, con un Messi que fue tan alabado como Phelps y con un Di María que de revelación pasó a ser carta ganadora. La albiceleste ganó de punta a punta, derrotó en la final a Nigeria y se dio el lujo de eliminar en semis a Brasil. Además, sumó su segundo oro consecutivo (Javier Mascherano es el único deportista argentino en lograrlo) y lleva un record de 12 victorias en fila.

Curuchet brindó una estupenda lección de convicción deportiva, al ser el mejor en la prueba Americana de ciclismo, en su sexta participación olímpica, récord absoluto de presencias entre los atletas argentinos. El marplatense coronó con un primer puesto su última competencia internacional, junto a su compañero Pérez, a pocos meses de su retiro definitivo.

La pequeña Pareto cosechó el primer bronce en su debut olímpico, en la categoría de menos de 48 kilogramos, y se convirtió -tal como Curuchet-, en la primera medallista argentina de la historia de su deporte.

Lo de "Camau" Espínola y Lange, en el yachting, fue distinto. El correntino sumó su cuarta presea consecutiva en sus cinco Juegos y se consagró como el deportista nacional con más medallas de la historia. De esta forma, la dupla de la clase Tornado repitió su logro de Atenas, aunque aquí lo disfrutó de manera especial, debido a las dificultades que debió superar.

Las Leonas vivieron también una jornada muy emotiva cuando conquistaron el bronce ante Alemania, ya que varias de sus jugadoras cerraron un exitoso ciclo olímpico. Fue además el adiós definitivo de su capitana y símbolo, Magdalena Aicega.

Los diplomas fueron para la ciclista María Gabriela Díaz, quinta en la final del BMX, la taekwondista Vanina Sánchez Berón, séptima en hasta 67 kilos, y Julio Alsogaray, debutante en la clase Láser del yachting.



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