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Lágrimas

Emanuel Ginóbili arribó al Olympic Basketball Gymnasium y comenzó a vestirse. Aunque todos lo daban afuera, se preparó para jugar. Hizo el calentamiento durante 10 minutos y se dio cuenta que el tobillo no daba para más. Se quedó afuera y no pudo aguantar las lágrimas.

"Pobre Manu, estaba muy mal. Pero verlo llorar nos motivó mucho más y, por eso, todo este triunfo es para él", dijo Nocioni. "Es probable que haya sido un estímulo salir al campo de juego después de haber visto llorar a Ginóbili. Esas cosas hacen que un equipo duplique su energía ", agregó Sergio Hernández.

Sin chances de entrar, Manu se acomodó en el banco de suplentes, vivió el partido a full y estalló en cada doble. "Estaba muy dolido por no poder jugar. Pero después de ver lo que hicieron los chicos me siento muy feliz, como si hubiese jugado", dijo Ginóbili.

"Estoy muy orgulloso de estos jugadores, se me puso la piel de gallina al ver lo que hicieron. Lo del Chapu hoy no lo puedo creer. Estaba en una pierna y presionaba como si fuese un pibe de 20 años. Lo de Delfino también, como Leo (Gutiérrez), que no había jugado en todo el torneo, vino y casi lo definió", concluyó.



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