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Rito yoruba para Fidel
Los babalawos, sacerdotes de la religión afrocubana yoruba, plantaron un árbol de ceiba de 82 años -los mismos que cumplió el ateo líder cubano- para que protegiera su complicada salud.

Canteros cubanos plantaron un árbol sagrado de ceiba en un rito en un parque de las afueras de La Habana y tocaron tambores a sus deidades para rogar por la salud del líder comunista Fidel Castro, que cumplió 82 años este miércoles.

"Se la dedicamos a Fidel para que le dé mucha fuerza en los 82 años que tiene, porque (es) mucha falta que (él) le hace a Cuba y al mundo", comentó el babalawo -sacerdote en la región yoruba- Mario Pérez al sembrar el árbol de unos cuatro metros en lo que será un parque forestal, en el este de la capital.

La ceremonia de consagración del llamado "árbol Dios" comenzó en la madrugada, cuando los babalawos sacrificaron animales a sus "orishas" -deidades- y cavaron el hueco donde quedó plantada la ceiba (arabba), y concluyó en la noche luego de darle 16 vueltas y besarlo, según lo exige el ritual yoruba. "Estamos pidiendo salud y fortaleza para nuestro pueblo y para Fidel, porque él ha sido nuestro comandante, el hombre que dio continuidad a nuestras guerras de independencia", dijo Pérez, de la casa templo "Ifa Iranlowo" que dirige el babalawo Víctor Betancourt, promotor del culto en homenaje a Castro.

Al pie de la ceiba, unos 40 sacerdotes y practicantes de cultos africanos rogaron al olodumare (Dios) por la salud de Castro, alejado del poder desde hace dos años por una enfermedad intestinal, y le pidieron que "consolide la unidad del pueblo para seguir adelante". "Es trascendental que se siembre este árbol coincidiendo con el día del cumpleaños de Fidel. Ashe (salud y bienestar) para él, porque se lo merece y lo necesita en este momento", comentó Miriam González, cuya protectora es Yemayá, "dueña del mar", la Virgen de Regla en la religión católica.

Vestida de blanco y con collares de cuentas de colores, la mujer, de 55 años, subrayó: "Este árbol sagrado lo va a proteger, pero Fidel se va a morir cuando él quiera".

Mientras se sembraba el árbol en el parque, en una casa templo se celebraba "el tambor", una ceremonia rogativa yoruba que incluye el toque de los tres tambores batá de sus antepasados: Iyá (el mayor), Itótele (mediano) y Okonkoro (menor), frente a un altar rodeado de ofrendas a Obatalá, el orisha de la sabiduría.

La ceiba plantada el miércoles, de 82 años -igual que los que cumplió Castro pero que no había crecido suficiente por no estar en tierra firme- perteneció a la familia de Tania González, ama de casa de 58 años. Su abuela la tenía en el patio de su casa para que "protegiera a su padre enfermo". "Nunca pensé que a la ceiba de papá se le encomendaría la protección de Fidel. ¡Que lo proteja y le dé mucha salud!", dijo emocionada.

 

 

RIGOBERTO DÍAZ

AFP



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