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Maldita última bola
Argentina reaccionó en el cuarto final, pero cerró pésimamente.

Argentina remontó 12 puntos de un suspiro y estuvo muy cerca de lograr una victoria colosal, pero se equivocó en la última bola y la defensa del oro olímpico empezó con una pálida. Lituania ganó 79-75 y en el plantel "albiceleste" deberán corregir varios aspectos si pretender recuperar terreno.

Pese a una gran reacción en los últimos minutos, el quinteto del "Oveja" Hernández, falló en los segundos finales. Andrés Nocioni falló en su intento de tres puntos, cuando el partido estaba igualado en 75 y los lituanos quedaron con la posesión del balón.

Restaban algo más de 20 segundos, el equipo criollo apostó todo a la defensa y equivocó el camino. Los lituanos acertaron desde tercera dimensión y liquidaron la historia con 2 segundos y 14 centésimas por jugar.

El conjunto europeo justificó su triunfo y demostró buenas razones para ser considerado como uno de los grandes candidatos al podio.

Su poderío físico y su solidez defensiva, además de la altura de sus jugadores y un buen goleo de tres puntos, fueron sus virtudes principales exhibidas ante Argentina.

El "albiceleste" contó con el aliento del público chino, identificado con el pivot Scola, compañero en Houston del ídolo local Yao Ming, pero el ensordecedor griterío no alcanzó para torcer una historia muy complicada.

La defensa argentina levantó su nivel respecto de los últimos amistosos, pero los errores cometidos sobre el tramo final le abrieron los espacios a los europeos para sacar provecho de su virtud más marcada: los tiros de tres puntos.

Así fue que en el espectacular Olympic Basketball Gymnasium, de Beijing, un estadio similar a los de la NBA, con una gran pantalla encima de la cancha, tres bandejas de tribunas y otra adicional, con exclusivos palcos, apareció el base Linas Kleiza, para sacar con sus triples una ventaja de 12 puntos.

El partido había quedado en 65-53 y las chances del conjunto dirigido por Hernández parecían lejanas.

Entonces, Emanuel Ginóbili encabezó una gran levantada hasta llegar a un electrizante y dramático 75-75. Los simpatizantes chinos, tan fanáticos de Manu y de Scola, comenzaron a alentar, murmuraron con el desacierto del "Chapu" y abuchearon la posesión de pelota de los lituanos. El triple de Kleiza sentenció la historia: el campeón olímpico había sido derrotado.

Si bien duele, la defensa dorada recién empieza y el equipo criollo tiene el crédito abierto. El margen es menor, pero a esta generación nunca hay que darla por muerta.



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