|
||
Resultado lógico para un juego sin brillo | ||
Argentina no jugó bien ante Australia, pero igual le alcanzó para ganar. |
||
Pese a no completar un partido brillante, la selección argentina hizo lo que tenía que hacer. Le ganó a Australia por 1-0 en Shanghai y se clasificó para los cuartos de final del los Juegos Olímpicos, ratificando su favoritismo. Claro que en esta segunda presentación, el equipo que dirige Sergio Batista apoyó su victoria en figuras alternativas como Ezequiel Lavezzi y Ángel Di María. Es que los estelares Lionel Messi, JR Riquelme y un desconocido Sergio Agüero, no estuvieron en su mejor día. A pesar de presentar un juego lento y previsible en gran parte del desarrollo, la Argentina contó con no menos de seis chances claras para desnivelar. Sin embargo, recién a un cuarto de hora para el final pudo vulnerar el arco australiano. Riquelme construyó una doble pared con Messi y el 'Torero' metió un pase a la izquierda para Di María. El jugador del Benfica buscó la entrada por el segundo palo de Ezequiel Lavezzi y el 'Pocho' no falló. Con este resultado, Argentina lidera con seis puntos el Grupo A y el miércoles (8:45) jugará frente a Serbia en Pekín. Antes de gol, la albiceleste monopolizó el dominio del balón, en un acuerdo tácito que entendieron ambos: Argentina por honrar sus características y Australia porque lo único que le interesaba era acumular gente cerca de su arquero, Adam Federici. Pero la mayor conciencia táctica de los "aussies" con respecto a Costa de Marfil, primer rival argentino en los Juegos, acentuó las deficiencias criollas: lentitud, previsibilidad y escaso poder de desequilibrio, salvo en las contadas oportunidades en las que la unión de fuerzas entre Messi y Riquelme generaba algo productivo. Promediando el segundo tiempo, Batista decidió reemplazar a un ausente Kun Agüero por Di María y el ex Central le agregó algo de chispa a la cadencia argentina. El partido se encaminaba a un inamovible 0-0, pero a 14 minutos del final apareció el gol que concilió al actual campeón olímpico con la lógica. La excelencia futbolística que se le supone, aún sigue en deuda. |
||
Use la opción de su browser para imprimir o haga clic aquí | ||