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En Boedo fue el primer zarpazo

Tigre tuvo una y no la desaprovechó

El reclamo por refuerzos de Miguel Russo no es en vano. Al menos eso quedó en claro en el debut ante Tigre, donde San Lorenzo perdió en su cancha por 1-0.

El "Santo" fue protagonista y buscó más que el 11 de Victoria, pero también es verdad que careció de ideas. Los 45 iniciales disputados en el Nuevo Gasómetro fueron injustos. El local jugó un buen primer tiempo, e incluso avasalló a su rival en los 25 del principio, pero por esas cosas del fútbol se retiró al vestuario abajo en el marcador.

El secreto del buen rendimiento del local en ese lapso se debió al buen trabajo realizado en la mitad de la cancha, por la recuperación de el "Chaco" Torres-Hirsig-Acevedo y el incesante despligue de Rivero y el "paragua" Torres.

¿Por qué no concretó el "Santo"? Debido a que Bernardo Romeo no estuvo fino en la definición (erró dos goles de cabeza increíbles).

Nada había realizado Tigre en ataque hasta ese momento cuando, sobre los 25, cayó un centro desde la punta derecha, la defensa de San Lorenzo se desorientó y Jonathan Blanco metió un perfecto cabezazo de pique al suelo para abrir el score.

A la vuelta del descanso las todo siguió igual, porque el "Ciclón" fue dueño del balón, pero generalmente lo utilizó mal.

Sucede que abusó el pelotazo y encontró en una gran tarde-noche a los marcados centrales de Cagna. De tanto ir, el local se descuidó atrás y un par de veces (con Lázzaro y Luna) estuvo a punto de recibir otra estocada.

La última del "Ciclón", cuando ya era un caos de imprecisiones y malos pases, la tuvo Bergessio con un cabezazo que pegó en el travesaño.



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