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Las tierras en disputa

La Conquista del Desierto extendió uno de sus brazos hacia los Andes en lo que se conoció como "Expedición al gran lago Nahuel Huapi" y tuvo lugar entre el 15 de marzo y junio de 1881 al mando del general Conrado E. Villegas.

La llegada de Villegas -en 1881- al Nahuel Huapi empujó hacia el sur las tolderías de Modesto Inacayal, que residía en las nacientes del Limay. Este cacique, que participaba del Parlamento de Sayhueque, huyó con éste hacia el Chubut, donde resistieron más de tres años la persecución militar. Inacayal fue el último cacique tehuelche que habitó la zona de los lagos. Finalmente fueron derrotados. Inacayal se entregó junto con los demás caciques en 1884. Luego de varios traslados fue "rescatado" de la prisión militar de "El Retiro" por el perito Francisco Moreno, quien le estaba agradecido por su hospitalidad en ocasión de los viajes que había realizado por la zona. Despojado de sus tierras, Inacayal terminó sus días como portero en el Museo de La Plata, empleo que le dio su director, Moreno. Allí vivió en la tristeza con su familia.

Otra historia se iniciaba en la Patagonia. Luego de la tercera etapa de la Conquista del Desierto (1879), muchas hectáreas se dieron como premios militares y otras tantas fueron ofrecidas como loteos pastoriles. Jarred A. Jones pidió en 1891 tierras en las nacientes del Limay. Casi simultáneamente, esas parcelas fueron solicitadas por George Newbery. En 1884, las mismas habían sido pedidas por C. Mansilla y C. Mines, representantes de una compañía de colonización, pero por lo desmesurado de la superficie pretendida no les fueron otorgadas.

Francisco Moreno intercedió para que sus tierras pasaran a manos de Jones. El pleito llegó a la Corte Suprema. "Mi suegro -cuenta Edith Jones, esposa de Andrés- le había prestado caballos a Moreno para su trabajo exploratorio realizado en la zona en 1896. Siempre recordaba que le había devuelto los caballos en muy buen estado, sin lastimar, enteros, lo que lo llevaba a afirmar que Moreno era una buena persona. En esa época los Newbery, que eran grandes solicitantes de tierras, pretendían quedarse con una parte del campo de Jones. Pero mi suegro ya estaba aposentado allí. Finalmente Newbery perdió el pleito, pues mi suegro fue beneficiado por la ley de hogar, que decía que tenía prioridad el que vivía en la tierra". "Además, mi abuelo pedía lo que él consideraba que iba a darle para su sustento, para mantener a su familia -cuenta Carol Jones, su nieta-, no quería especular con la tierra. Y así terminó el litigio". En 1908, título en mano, Jones tendió el primer alambrado para cercar sus 10.000 hectáreas.

"En un momento los Newbery iban a vender Fortín Chacabuco -cuenta Gini, hija de Andrés-. Mi abuelo mandó a una persona a comprarlo, pero los Newbery se enteraron de que el comprador era Jones y no se lo vendieron". Algo divertido agrega Edith: "Cada tanto venía la viejita Newbery de visita, Fanny; andaba con una hija que se llamaba Dolly. Paraban acá cerca, donde estaban los paisanos, y visitaban a mi suegra. Claro, en un momento habían sido las dos únicas mujeres blancas del lugar, tomaban el té juntas y cada tanto asomaba la rivalidad entre sus maridos".

George Newbery y su esposa Fanny Taylor se establecieron en 1894 al este del lago Traful, donde fundaron la estancia "La Primavera", dedicada a la ganadería y a la explotación maderera.

(S. Y.)



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